Escuela pública Abe/Almimariya


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. El proyecto es una escuela pública, que consta de jardín de infantes, escuela primaria y escuela secundaria, con un total previsto de 360 alumnos.Esta escuela está financiada por el gobierno del pueblo. abe El proyecto se financió con una compensación gubernamental por un vertedero establecido en terrenos municipales en la década de 1990, que finalmente se cerró en 2015 después de numerosas protestas locales.

Abe, un pueblo en el Monte Líbano, es un excelente ejemplo de coexistencia religiosa, con un rico patrimonio arquitectónico que data del siglo IX con iglesias y santuarios drusos. Sin embargo, durante la guerra civil de 1975, abe Como en el resto del Líbano, también se ha visto violencia sectaria. Como resultado del acuerdo, la ciudad utilizó fondos de compensación de vertederos para comprar terrenos e implementar proyectos comunitarios. El primero de estos proyectos fue la escuela.



La función principal de la escuela no es sólo educar a los niños sino también unir a las generaciones más jóvenes y a ambas comunidades para construir un futuro mejor. La escuela es totalmente accesible para personas con discapacidad, garantizando la inclusión social para todos. Además, instalaciones como patios de recreo, salas de conferencias y canchas de baloncesto están disponibles para su uso fuera del horario escolar y para eventos comunitarios. Para mejorar el sentido de comunidad, la expresión arquitectónica hace eco del patrimonio arquitectónico local con interpretaciones contemporáneas y colores divertidos. Esto crea un sentido de lugar e identidad, que a su vez alimenta un sentido compartido de pertenencia.

El lugar empinado fue un desafío, pero se adoptó un enfoque ecológico. Los edificios están integrados en el sitio para conservar la escala humana y están ubicados junto a la carretera principal para minimizar la intrusión de la carretera en el sitio. Además, la huella del edificio se puede minimizar ubicando la cancha de baloncesto y el área de juegos infantil en el techo. El edificio está diseñado de modo que las aulas miren al norte para maximizar la calidad de la luz y proteger el patio de juegos principal de los vientos fríos del norte. Todos los espacios cuentan con iluminación natural, reduciendo el consumo energético. Además, los materiales de construcción se obtuvieron localmente para apoyar la economía local.



Lo mejor de todo es que el presupuesto muy limitado no impidió a los diseñadores incorporar medidas ecológicas: la infraestructura para paneles solares y un sistema de recolección de agua de lluvia ya ha sido diseñada y construida, a la espera de futuras incorporaciones de los componentes necesarios. El enfoque gradual de los sistemas verdes es un aspecto innovador del programa y demuestra que el dinero nunca debe impedir el pensamiento verde.
