Casa Botijo/Estudio ALE


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. Botjio House está ubicada en una calle de casas bajas esparcidas entre pequeños edificios industriales de principios del siglo XX. Es un barrio dentro de un barrio, un poco reducido.

El ladrillo rojo es el material principal del color de la calle. Su cerámica envuelve casas bajas y naves industriales, creando un paisaje homogéneo a pesar de sus diversos usos.

El proyecto adopta elementos que caracterizan el entorno: materiales como el ladrillo, pero también hormigón visto y acero galvanizado, que, aunque en menor medida, salpican los edificios de la zona. De esta mirada atenta surge la parte más emblemática del conjunto: la celosía cerámica tras la que se esconde el hueco de la escalera. La celosía de la fachada parece una gran junta de ladrillos que se entrelaza con los edificios vecinos.


El suelo elevado se comparte, creando un espacio intermedio donde las personas pueden sentarse y convivir. La escalera se propone como una continuidad de actividades lúdicas y relacionales entre los residentes de las diferentes residencias. La estructura de celosía evita la luz solar directa, permitiendo que entre luz filtrada y cree sombras dinámicas en las paredes interiores esmaltadas.

El baño detrás de las escaleras se ubica en una zona compacta, liberando el resto de espacio de la vivienda. La distribución sigue un plano en forma de T, organizando tres espacios de diferentes tamaños, permitiendo una gran flexibilidad para habitarlos y cambiarlos con el tiempo.


El techo de la casa es de hormigón y tiene una altura de 3,20 metros. Esta altura libre proporciona una mayor sensación de amplitud y además facilita la ventilación cruzada.


Todo el frente de cada casa tiene un gran ventanal que capta la luz del sur y calienta los ambientes. Los toldos enrollables que imitan los edificios vecinos reducen la resistencia. Cada casa también tiene una terraza. En el interior de la casa, los pisos de linóleo y los acabados de madera contrastan con los elementos de hormigón, ladrillo y acero galvanizado del exterior, aportando calidez a las estancias.

Alta inercia térmica del conjunto debido al aislamiento de más de 10 cm de espesor de la envolvente y resistencia térmica de las carpinterías. Ventilación cruzada natural de cada vivienda de norte a sur, que se puede realizar de forma más rápida y eficiente gracias a la altura. circulación de luz natural en todas las estancias, así como dispositivos de sombreado regulables o suelos radiantes de refrigeración mediante producción de energía térmica del aire, lo que garantiza un bajo consumo energético y una reducción de la demanda.