Parque Bicentenario Ecatepec/Taller Capital


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. El Parque Bicentenario es un proyecto de 20 hectáreas en Ecatepec, la segunda ciudad más poblada de México y parte del área metropolitana de la Ciudad de México. Está construido sobre un espacio público previamente cerrado y abandonado. Su transformación incorpora estrategias de infraestructura blanda para la gestión del agua a través de espacios públicos para satisfacer las necesidades sociales y ambientales.

El diseño surge de sistemas de construcción eficientes que crean terrazas que retienen el agua y controlan la erosión en el terreno inclinado. Muros de contención de hormigón en forma de L y un número muy limitado de detalles arquitectónicos, como gradas y rampas, harán el trabajo. El programa integra el paisaje, la gestión del agua y el diseño urbano en una tipología que actúa como agente activo para un mejor funcionamiento del medio ambiente y urbano.

La valla circundante se eliminó para hacer frente a las preocupaciones de inseguridad y delincuencia. El esquema ahora conecta el vecindario al norte y al sur del parque, extendiendo el antiguo callejón sin salida y diseñándolo como un elemento de movilidad y programación peatonal que atraviesa la intervención y permite conexiones. La incorporación de torres de vigilancia en las zonas con menos visitantes aumenta el uso público y también sirve como un importante elemento de vigilancia. Un sistema de iluminación permite utilizar el espacio por la noche. Se eliminó la vegetación baja para facilitar las vistas cruzadas, mientras que se duplicó el número de árboles para proporcionar áreas de sombra.

El proyecto introdujo actividades en la nueva intersección: se agregaron áreas de juego, aeróbicos y parkour. Una serie de nuevas áreas para sentarse y pabellones están ubicadas en diferentes partes del parque. Se reciclaron estructuras sanitarias originales y en mal estado para convertirlas en edificios con permeabilidad acústica, luz natural y ventilación.

El Parque Bicentenario está estrechamente relacionado con su contexto ambiental y contribuye a las capacidades de gestión del agua de la región. Su diseño responde a su ubicación en la ladera, brindando un ambiente ideal para la infiltración natural de aguas pluviales y escorrentías, y reabastecimiento de los acuíferos de la sobreexplotada Cuenca de la Ciudad de México. Como tal, las estrategias de diseño clave incluyen convertir las laderas en terrazas, un método histórico para mitigar la erosión, preservar el suelo y promover la retención de agua. Todas las terrazas del parque están llenas de tezontle, una grava volcánica porosa local que retiene la humedad y actúa como una esponja, canalizando lentamente el agua de lluvia y la escorrentía bajo tierra. Este enfoque ha demostrado ser eficaz para mitigar las inundaciones y prevenir la erosión en toda el área del parque. Además, impulsó el crecimiento de 450 árboles para mejorar la cobertura del dosel. Además, se construyó una laguna reguladora de 17.500 metros cúbicos para recoger el escurrimiento del arroyo estacional que inunda las zonas urbanas aguas abajo y utilizar el agua para el sistema de drenaje urbano.

Esta intervención cambió la condición del parque original, cuyo diseño de alto mantenimiento creó una percepción negativa en la comunidad. Hoy se ha convertido en una importante infraestructura blanda para la gestión del agua, mejorando decisivamente la relación de la comunidad con su entorno inmediato y urbano.


El Parque Bicentenario es un gran ejemplo de cómo los proyectos de arquitectura, paisaje y diseño urbano pueden transformar el espacio de manera retroactiva y activa. Fue diseñado para un área informal de una ciudad ya poblada: aislamiento interno, inseguridad típica, falta de espacios abiertos de calidad y enormes problemas de gestión del agua. El diseño tiene esto en cuenta, dando como resultado una propuesta que responde directamente a estas cuestiones.

Creemos firmemente en la capacidad de la arquitectura para ser un agente de transformación urbana, restableciendo una relación armoniosa con el medio ambiente y proporcionando un lugar seguro para el encuentro humano. Nuestra profesión tiene la capacidad y la necesidad de estar profundamente comprometida con la solución de los problemas ecológicos y sociales actuales del mundo. La arquitectura siempre ha sido un catalizador de la transformación ambiental. En las condiciones actuales, debe ser una herramienta poderosa para restablecer el equilibrio.
