Parque Acuático Lakbradorla / Taller Capital


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. La Ciudad de México, la quinta ciudad más grande del mundo, enfrenta serios problemas que la hacen cada vez más inestable e inhabitable. Históricamente, uno de los principales problemas de la ciudad ha sido la gestión del agua. La conflictiva situación de estrés hídrico y exceso de precipitaciones genera graves problemas para el medio urbano y natural y sus habitantes en la cuenca del Valle de México.

Esta realidad se agrava en ciertas zonas de la ciudad, como el distrito de Iztapalapa, que tiene la mayor población. Ciudad de México, que tiene la mayor concentración de personas que viven en la pobreza y el aislamiento, y donde los espacios públicos son pocos y casi inexistentes. Debido a su ubicación, que incluye parte de las montañas de Santa Catalina y gran parte del lago de Texcoco, la región históricamente ha sufrido hacinamiento, falta de planificación urbana y grandes cantidades de viviendas informales, lo que ha provocado inundaciones y escasez de agua.

El Parque Hídrico La Quebradora es una propuesta para la primera clínica de acupuntura en una ciudad del agua con la capacidad de abordar algunos de los problemas sociales y hídricos que enfrenta la región. En una zona de alta densidad y pocos espacios públicos, el esquema transforma la infraestructura urbana en espacios públicos y recreativos para la comunidad.

Situado en el terreno, el esquema ejemplifica las prácticas paisajísticas tradicionales mexicanas, utilizando muros de piedra volcánica locales para crear plataformas integradas. Plataformas, plazas y pasarelas crean rutas de norte a sur y de este a oeste en el sitio de 3,8 hectáreas. Todos están acompañados de vegetación endémica o arraigada. Además, las plataformas contienen una variedad de edificios que complementan el proyecto, incluyendo una librería/biblioteca, estudios, espacios deportivos y un gran centro comunitario.

La propuesta presentada por el equipo del Instituto de Estudios Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, coordinado por el Dr. Manuel Perló Cohen y la arquitecta Loreta Castro Reguera Mancera, contempla la transformación de la permeabilidad del terreno en un buen manejo del agua, generación de espacio público y fortalecimiento del tejido social. Para lograr este objetivo, se propone un proyecto que opera en diferentes niveles para resolver los múltiples problemas que surgen en este campo:
- La infraestructura urbana se convierte en espacio público
- Beneficiando directamente a 28.000 habitantes
- Configuración del espacio mediante plataforma
- alivio de inundaciones
- Mejorar la calidad del agua e infiltrarla en el suelo subterráneo.
- Se triplica la cobertura arbórea de especies endémicas
- Fomentar la movilidad peatonal y la accesibilidad del transporte público
- su arquitectura se refleja a través de la piedra volcánica local

Desarrollado por la Universidad Nacional Autónoma de México entre 2013 y 2017, el programa implicó un programa intensivo de investigación, colaboración entre diferentes disciplinas y enfrentó un entorno político complejo. En 2018 ganó el Premio Holcim de Arquitectura Sostenible Global Gold Award y el Premio Regional Latinoamericano. También cuenta con el reconocimiento de CAF y otras instituciones.


La construcción comenzó en 2017. Sin embargo, los esfuerzos para involucrar a la comunidad en el proyecto durante la fase de diseño fueron fundamentales para su relanzamiento en 2019. Se omitieron algunos componentes importantes del proyecto, como un sistema de tratamiento de aguas residuales con plantas de tratamiento y humedales, y la reutilización del agua en sanitarios. También se están eliminando gradualmente los paneles solares para la sostenibilidad energética.


Lakbradora sentó un precedente importante. Renombrado como Utopía Atzintli, forma parte de un plan desarrollado por el gobierno local de Iztapalapa entre 2018 y 2024 para promover la transformación de áreas abandonadas en proyectos similares. El parque recibe aproximadamente 7.000 visitantes cada semana. Funciona como espacio de regulación e infiltración del escurrimiento de aguas pluviales, así como lugar de reunión de actividades culturales, deportivas y recreativas en general. Cabe destacar que esto incluye un espacio dedicado a la protección y asistencia a las mujeres víctimas de violencia.
