Descripción textual proporcionada por el arquitecto. Los orígenes de los Jardines Colgantes se encuentran en la decoración de tablero de ajedrez, los Campos de Color del arte abstracto, los Jardines Colgantes de Babilonia y las instalaciones inmersivas de James Turrell en las que la privación sensorial finalmente produjo las invenciones (y la pintura) de la imaginación.
En algunas culturas, ciertas formas geométricas se consideran puentes hacia el mundo espiritual, ventanas al infinito superior. Asimismo, los practicantes del arte abstracto buscan liberar la composición y el color del ámbito de lo conocido. Turrell, aviador de toda la vida, desarrolló una fascinación por la luz, la atmósfera y sus extraordinarios efectos.
Intercalado entre dos terrazas, el jardín colgante está salpicado por tres rayos de luz de colores dispuestos en mosaicos, que llevan la luz del sol y el color profundamente a sus habitaciones. A lo largo del día, cada eje pasa por fases de brillo y sombra, bañando la casa en una mezcla de tonos en constante cambio.
Suspensión instantánea, una sola gota de agua.
Calentado por el sol, dirigiendo la luz hacia un prisma:
Abanicando el blanco hacia el verde, el rosa y el azul.
Una vez una onda/partícula, ahora una sinfonía
color; una canción exquisita
Floreciendo en el cielo.
