La ‘casa ohana’ de Vertebrae Architects es un paraíso escondido en Oaxaca
casa ohana: una casa contemporánea escondida en la selva de puerto rico
La recientemente terminada Casa Ohana de Vertebral Architecture Studio es una impresionante playa privada casa Escondido en la densa jungla de Puerto Escondido, México. El diseño prioriza la integración con la naturaleza, con la entrada conducida por un camino sinuoso a través de una exuberante vegetación intercalada con mezquite y plumbagin. Este umbral alargado genera anticipación antes de revelar la gran entrada de la casa: una gran estructura con un techo aparentemente flotante. El sitio de esta majestuosa casa tiene como telón de fondo el sonido de las olas rompiendo, insinuando su conexión con la costa cercana.
Imagen © César Bellio
Las vértebras equilibran la apertura y la privacidad
este arquitecto Vertebral organizó las áreas sociales de Casa Ohana para crear una sensación de apertura y elementos acogedores en los exuberantes terrenos. Este vasto espacio ofrece vistas despejadas, lo que permite a los residentes sumergirse por completo en el paisaje. Por el contrario, las áreas privadas priorizan la intimidad y brindan una sensación de santuario. Los espacios tienen forma de volúmenes independientes con sólo dos aberturas estratégicamente ubicadas: una que enmarca la vista al mar y la otra que da al jardín trasero más privado.
El lujo de una casa no reside en los materiales lujosos ni en la decoración excesiva, sino en su relación con el entorno. La combinación de ventilación cruzada, vistas panorámicas al mar y pequeños jardines privados crea una sensación de calma y privacidad en cada habitación. La casa actúa como catalizador, animando a los residentes a convivir pacíficamente con la selva, la playa y el mar.

Casa Ohana by es una villa privada frente al mar escondida en la selva de Puerto Escondido, México
Arquitectura arraigada en la naturaleza
Al diseñar Casa Ohana, el cliente pidió al equipo de Vertebral que integrara un área flexible que pudiera hacer la transición entre la apertura de las reuniones sociales y la intimidad de los momentos privados. El vasto sitio proporcionó un lienzo de 360 grados, pero los arquitectos consideraron aspectos clave como las vistas dominantes, la dirección del sol y la dirección del viento al determinar la ubicación de la casa. La residencia consta de ocho volúmenes independientes, divididos en zonas públicas y privadas, distribuidos por todo el edificio. La superficie total es de 810 metros cuadrados, de los cuales 70 metros cuadrados son terrazas abiertas. El área privada incluye nueve dormitorios y tiene una superficie de 400 metros cuadrados.
La paleta de materiales refleja los tonos tierra del paisaje, incorporando hormigón expuesto y vegetación existente. Este enfoque en materiales naturales se extiende a los elementos estructurales, con un marco de hormigón armado expuesto que forma la columna vertebral de la casa. La elección de tonos neutros y maderas tropicales de origen local garantiza que la residencia sirva como un sutil telón de fondo para el vibrante paisaje y las vistas al océano.

El diseño prioriza la conexión con el entorno circundante, creando un santuario de paz.

Un camino sinuoso conduce a través de una exuberante vegetación hasta una espectacular entrada con vistas al mar.

Las áreas sociales son abiertas y amplias, ofreciendo vistas despejadas.