Edificio Mouzinho da Silveira/Diana Barros Arquitectura


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. Situado en el corazón del centro histórico de Oporto, el edificio es un testimonio de finales del siglo XIX. Son 5 pisos en total, el piso superior es residencial y el piso superior es comercial. Dado que la calle en la que se ubica (Rua de Mouzinho da Silveira) está perfectamente definida por una fachada urbana continua y está formada mayoritariamente por edificios residenciales con zonas comerciales en la planta baja, desde esta perspectiva el edificio restaurado asume básicamente, un papel de La continuidad contribuye a la coherencia y calidad del conjunto, no sólo desde el punto de vista funcional, sino también en el tratamiento de las fachadas.




La esencia de la intervención es priorizar la preservación y restauración de los elementos existentes de valor arquitectónico, con el objetivo de realzar el carácter único del edificio y potenciar su impacto en el entorno urbano. En el mismo sentido, la diversidad de tipos de viviendas residenciales limita los tipos de ocupación permitidos, aumentando así la flexibilidad del edificio y, por tanto, su resiliencia a largo plazo.





La intervención requirió una completa replanificación de los espacios internos del edificio, conservando no obstante elementos considerados imprescindibles para preservar la memoria del edificio original o, en los casos en que el estado de conservación de los elementos antes mencionados impidiera su restauración, generar nuevos elementos de El mismo diseño y materiales. Un lenguaje marcadamente contemporáneo en el diseño de acabados entre compartimentos, espacios interiores, mobiliario fijo, componentes y materiales sanitarios, frente a elementos históricos, ayuda a reforzar esta memoria.

La elección de los materiales de revestimiento y núcleos utilizados en la pirotecnia enseñada crea una base sólida, enfatizando cómo la confrontación de escalas orienta los elementos individuales (decorativos, funcionales y ambientales) del futuro usuario del espacio, fomentando su ocupación. Esto contrasta con los materiales utilizados en los espacios públicos (madera y hormigón visto), cuyas texturas y colores pertenecen a este espacio y son esencialmente impersonales, con contexto y personalidad propios.
