Club del Lago Dongqian/Álvaro Siza Vieira + Carlos Castanheira


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. Muy, muy lejos, vivían cinco hermanas.
Todos son similares y, sin embargo, todos son diferentes.
Todas son hermosas, algunas más, otras menos.
Una persona está más impaciente y la otra está más tranquila.
Uno es elegante, otro es más elegante. Eso depende.
Todos son muy diferentes, pero también muy similares.


Viven junto al lago, con los pies casi en el agua.
No pueden vivir el uno sin el otro. Pero son independientes.
Forman un grupo que existe sólo como grupo.
Se tomaron de la mano, se abrazaron, mirando al horizonte.
Una y otra vez vieron sus propios reflejos en el agua justo frente a ellos.
Se reflejan, se reflejan.
Absorben la luz de diferentes formas, son diferentes.
Irradian luz y belleza individualmente, y aún más juntos.



No están abiertos a casi todo el mundo, lo que provoca una gran curiosidad entre quienes quieren conocerlos.
Sin embargo, para algunos, sí se abren y despiertan una mayor curiosidad por comprenderlos mejor.
A partir de un blanco casi impecable, a través del movimiento de sus formas, se crean otros blancos.
Las sombras se acentúan, la luz se refleja, sus formas se mueven. Sin cesar.
Las aperturas están controladas por toldos en forma de pestañas que permiten la entrada de luz al interior.
Hay algo antropomórfico en ello.

Ha pasado mucho tiempo desde que los conocimos. Poco a poco.
Poco a poco seguimos descubriéndolos, sus ángulos, sus curvas, sus aberturas y planos vacíos.
Nosotros los creamos, pero ellos nos dicen quiénes quieren ser.
Todos iguales, pero diferentes.
Querer ser diferente no es una obligación, es una necesidad.
Ninguna belleza es creada igual. Tampoco se repite.
Todos son iguales en diferencia porque cada uno está en un lugar diferente.
Estaba muy cerca, pero todos estaban sentados en sus tronos, mirando sus reflejos en el agua.

Hace poco fui a visitarlos.
Incluso antes de que aparecieran, me sorprendieron. Siguen sorprendiendo.
Intento comprenderlos, sortearlos o adentrarme en ellos.
No es fácil entenderlos.



Sus personalidades siempre han sido diferentes, pero ahora se vuelve aún más obvio.
Han crecido y están casi completamente formados.
Es innegable que cada uno tiene su propia vida. Tiene su propia forma de existencia independiente.
El tiempo traerá madurez y seguirán sorprendiendo.
Ésta es la función de la belleza.
Tavira10.12.2023
Castañera
