Villa de fin de semana Futtsu/Atelier MEME


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. Mientras diseñábamos para un cliente que buscaba un respiro de una ajetreada vida laboral, Futsu Como un paraíso de libertad y tranquilidad. Este idílico complejo está ubicado en la costa cerca de la Bahía de Tokio y ofrece vistas panorámicas y sin obstáculos del océano. La casa está situada en una suave colina, con una vista clara del Monte Fuji en un día soleado, mientras que enfrente está la exuberante cadena montañosa, con un espeso follaje que casi rodea la casa. Reconociendo el encanto del mar y las montañas, diseñamos un espacio que naturalmente atrae la atención desde todas las direcciones.

Inicialmente, consideramos un diseño con paredes sinuosas, o un diseño que gestiona cuidadosamente la conexión entre el interior y el exterior ajustando el tamaño y la posición de las aberturas. Sin embargo, este enfoque traspasa demasiado los límites y parece artificial y antinatural.




Para reconstruir de forma más generosa y amplia la relación del edificio con su entorno, centramos nuestra atención en el tejado. Dividimos el techo en cuatro secciones, cada una de las cuales se extiende hacia el suelo. En el lado que da al patio delantero y a los espacios de estacionamiento, el techo se extiende dramáticamente para crear un área espaciosa debajo de los aleros. El espacio entre el alero del hastial y el segundo piso se designa como abertura.



Bajo el techo creamos un espacio cohesivo de una sola habitación. La estructura superior, compuesta por vigas, vigas y revestimientos, se deja deliberadamente expuesta, contrastando con la estructura inferior de pisos y paredes hechos de materiales de construcción tradicionales. Este contraste resalta aún más la naturaleza dinámica del techo. Estas técnicas arquitectónicas crean un espacio que irradia una sensación de ser abrazado, con una apertura que se extiende en todas direcciones. En este espacio se pueden vislumbrar los cambiantes estados de ánimo del mar, la exuberante vegetación montañosa y las texturas únicas de las formaciones rocosas. El canto de los pájaros y el relajante sonido de las olas del océano añaden una capa de comodidad y tranquilidad al espacio.

Los clientes vienen al edificio casi todos los fines de semana, a veces para contemplar tranquilamente el mar y reflexionar profundamente, a veces para disfrutar de veladas llenas de diversión tocando música con amigos. Se espera que la casa de fin de semana continúe brindando un espacio de relajación y satisfacción para quienes la utilizan.
