Casa milagrosa/Grupo de trasero opuesto


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. Ubicado en un entorno privilegiado entre la Sierra de Yvytypanema y el Lago Ypacaraí, este proyecto residencial es un ejercicio de diseño con el terreno, donde la topografía, el comportamiento del agua y la disposición de los árboles revelan las posibilidades y limitaciones del proyecto.


Álvaro Siza diría: «Construir en un lugar hermoso conducirá casi con seguridad a la destrucción». Esta intervención nos obliga a reflexionar sobre la convivencia de la arquitectura con el paisaje, la presencia humana y la preservación de la extraordinaria belleza y tranquilidad del lugar.


El terreno forma parte de un remanente de bosque cercano al área metropolitana de Asunción. El volumen de la casa está estratégicamente ubicado en la parte trasera de la parcela, en un claro entre árboles, garantizando privacidad de la calle y manteniendo conexiones visuales y físicas con el entorno natural.

La terraza exterior está diseñada como una base que forma su propia forma alrededor de los árboles, desviando el agua de lluvia y creando espacios que complementan el interior. El sitio no sólo amplía el espacio habitable sino que también promueve una transición suave entre el interior y el exterior, permitiendo que la casa se perciba como un gran espacio intermedio en constante interacción con la vegetación circundante.


La flexibilidad del proyecto se hizo evidente durante el proceso de desarrollo, con la adición espontánea de un segundo piso para satisfacer nuevas necesidades. En cuanto a los materiales, son de origen local, principalmente piedra y cerámica.




Se ha prestado especial atención al diseño de los baños, que incluyen un jardín interno y una zona sanitaria independiente, enfatizando la intención de crear microambientes que reflejen la vegetación exterior. Además, los problemas de gestión de residuos se abordan a través de una cámara de evapotranspiración, que protege el nivel freático existente aislando las aguas residuales en un sistema cerrado.


Las aberturas de la casa se conciben como marcos verdes, capturando vistas específicas y enmarcando hermosas vistas, reforzando la conexión entre el interior y el exterior. La integración de la cocina y la sala de estar en un gran espacio común fomenta la interacción social y el disfrute del entorno natural.


Creemos que este proyecto ejemplifica cómo la arquitectura puede coexistir con la naturaleza, respetando y realzando la belleza inherente del sitio. Cada decisión de diseño, desde la distribución de la estructura hasta la selección de materiales, refleja un compromiso con la sostenibilidad y la armonía con el paisaje, creando un hogar que no sólo habita el lugar sino que lo celebra.
