Escuela TBS Barcelona / Batlleiroig



Descripción textual proporcionada por el arquitecto. La escuela TBS está ubicada en el Distrito de Innovación 22@ y está lista para albergar a más de 1.100 estudiantes. Se trata de un edificio adosado con fachada cerámica con grandes huecos que reflejan el dinamismo de las funciones internas. El diseño tiene como objetivo crear espacios educativos eficientes y de alta calidad conectados con la vegetación, y el edificio ha obtenido la certificación de sostenibilidad LEED Gold. De estructura escalonada que se mimetiza con su entorno, la Escuela de Negocios está situada en el barrio 22@, centro de innovación y actividad comercial de Barcelona, ocupando la esquina entre la calle Venezuela y la calle Josep Pla. La distribución del edificio sigue formas achaflanadas, enfatizando la forma característica del distrito del Eixample.


De acuerdo con las normas de planificación urbana, el esquema se integra en el contexto urbano al dedicar una parte de la parcela para crear caminos internos del vecindario, formando un nuevo espacio público que ayuda a abrir la estructura industrial históricamente densa. El edificio comienza con un volumen compacto que define las esquinas, luego desciende gradualmente para disminuir su impacto en el paisaje urbano, ajustando su escala para dar cabida a los pasajes internos. Este nivel también brinda espacios al aire libre conectados con vegetación para que la comunidad estudiantil descanse e interactúe.



Mejorar la permeabilidad a través del acceso dinámico. Un amplio porche a doble altura situado en el chaflán sirve de entrada al centro y aporta un nuevo espacio público a la ciudad. Una vez en el interior, el lobby principal mantiene su doble altura y materialidad exterior, presentando un espacio cálido y confortable. La planta baja alberga más funciones públicas, como una zona de cafetería, que combinada con la amplia transparencia de la fachada mejora la permeabilidad del espacio público. Los pisos inferiores albergan la mayoría de las actividades relacionadas con los estudiantes, mientras que los pisos superiores están dedicados al profesorado, la administración y la gestión. El séptimo piso disfruta de vistas superiores a la ciudad y está reservado para usos únicos como el auditorio y las salas de delegados.


Un campus diseñado para la innovación docente. El diseño del edificio está centrado en el usuario, creando generosas zonas públicas para fomentar nuevas dinámicas docentes, con el confort, la biofilia y la sostenibilidad como principios rectores. Los espacios públicos se distribuyen en todas las plantas y se consideran el corazón del proyecto. Diseñadas en doble y triple altura, estas áreas de reunión y descanso forman una serie de espacios interconectados que brindan comunicación vertical intuitiva al edificio y mejoran las cualidades espaciales interiores. Además, estos espacios públicos facilitan el intercambio de conocimientos y las relaciones entre los usuarios, al tiempo que organizan la distribución general de las aulas centrales.


Un espacio icónico que mejora la vida comunitaria. La fachada en esquina biselada está completamente acristalada de arriba a abajo, proporcionando áreas de reunión pública de doble y triple altura para los estudiantes en cada piso. Una escalera de caracol conecta estos espacios compartidos. El muro verde crea continuidad desde la planta baja hasta el octavo piso. La colocación de escaleras en estos espacios únicos ayuda a crear continuidad espacial y promover un flujo saludable dentro del edificio. Los diseños de escaleras confortables con luz natural, vegetación prominente y ubicadas en espacios visibles fomentan el uso de escaleras, promoviendo así el bienestar individual y reduciendo la dependencia de los ascensores y su correspondiente consumo energético.


Refleja la vitalidad interior de la ciudad. La envolvente del edificio está diseñada para reflejar las actividades internas, lo que resulta en el desarrollo de dos soluciones de fachada diferentes. Mientras que las zonas más privadas, como aulas u oficinas, se abordan mediante el uso de fachadas modulares mediante piezas cerámicas y paneles de vidrio de proporciones verticales, los espacios públicos y singulares, como vestíbulos, zonas de conferencias, auditorios y aulas) quedan enmarcados por grandes huecos que potenciar la permeabilidad y transparencia, conectando el centro educativo con la ciudad y revelando su vitalidad interna. La materialidad de la fachada busca ser consistente con el contexto urbano y la historia del sitio. Por ello, los módulos opacos de fachada fueron elegidos por sus acabados de parte cerámica, vinculando directamente el edificio con el pasado industrial de Pobreno y adaptándolo al paisaje urbano.

Acercando la vegetación a la fachada del usuario. El proyecto también presenta una fuerte relación entre arquitectura y vegetación, con el objetivo de aumentar la comodidad del usuario y la conexión con la naturaleza. El diseño escalonado del edificio crea una variedad de jardines en terrazas, fomentando la biodiversidad y ampliando las actividades interiores al aire libre. Cada espacio es un espacio adicional de relajación, espacio de trabajo o espacio para albergar eventos importantes. Un voladizo con jardineras crea una segunda fachada verde en la fachada sur, acercando la vegetación a la comunidad de TBS. Esto asegura vistas directas al espacio verde y a la terraza principal. Este planteamiento promueve la bioafinidad y los beneficios que aporta a los usuarios, al tiempo que aporta un carácter acogedor a los nuevos recorridos internos de manzana que conectan los tres grandes patios del edificio de residencia de estudiantes Aparto Pallars de Barcelona.

Un edificio óptimamente orientado para la máxima eficiencia. La eficiencia energética se considera desde las primeras etapas como un enfoque de diseño, tomando medidas pasivas para reducir las necesidades energéticas de un edificio. Su volumen compacto optimiza la envolvente, minimizando el intercambio de energía con el exterior y favoreciendo el control climático.

La fachada es sensible al entorno, adaptándose a cada dirección abriendo grandes vanos al norte y creando una barrera vegetal al sur para proteger de la radiación solar. Por ejemplo, voladizos y plantas trepadoras en la fachada sur, que actúan como protección solar, o filtros solares para las fachadas más exigentes. Asimismo, se estudió la relación óptima entre los elementos acristalados y macizos de cada fachada para conseguir un equilibrio entre el aprovechamiento de la luz natural y el control de la radiación solar, garantizando el confort de los usuarios y la eficiencia energética del edificio. La fachada también cuenta con ventanas operables para promover la ventilación natural y el confort del usuario a través de sistemas pasivos. Además, características como un sistema de reciclaje de agua y paneles fotovoltaicos en el techo ayudan a que el campus sea un edificio de generación activa de energía y a lograr la certificación de sostenibilidad LEED Gold.
