Este «invernadero invertido» es una cabina de cristal para contemplar el paisaje natural chileno.
Una cabaña rodeada de un bosque en constante cambio.
Invernadero de nueva construcción Residencial En Curicó, Chilediseñado por Juan Carlos Sabbagh Arquitectos, ofrece un enfoque innovador a la arquitectura residencial. Este lugar está escondido en el bosque Maolino de la Cordillera de los Andes a una altitud de casi 950 metros (3117 pies). cabina Redefiniendo el concepto de integración con la naturaleza garantizando al mismo tiempo el confort y la funcionalidad modernos.
El proyecto está ubicado en un bosque de robles caducifolios que cambia constantemente con las estaciones del año. A esta altitud, las temperaturas siguen siendo suaves, creando un clima que potencia los cambios estacionales en el paisaje. Los arquitectos celebraron este entorno salvaje diseñando un espacio interior que permanece visualmente conectado con su entorno. El resultado es una residencia con vistas panorámicas y verticales al bosque sin riesgo de sobrecalentamiento incluso en verano.

Imagen © Matías del Campo
Diseño de invernadero invertido de Juan Carlos Sabbagh
En el corazón del concepto de Juan Carlos Sabbagh Arquitectos está la idea de un «invernadero invertido». A diferencia de los invernaderos tradicionales, que albergan plantas dentro de un recinto de vidrio, este diseño alberga a los residentes en el interior, rodeados por el vibrante ecosistema del bosque. Durante los meses más cálidos, las hojas proporcionan sombra natural, mientras que en invierno, cuando los árboles pierden sus hojas, la luz del sol se filtra para calentar el interior. Este ciclo alinea la casa con los ritmos estacionales del bosque, creando una conexión durante todo el año entre los residentes y el medio ambiente.
este arquitecto La casa debe diseñarse para maximizar la transparencia, especialmente en los principales espacios compartidos. La sala de estar, el comedor y la cocina están rodeados de vidrio, lo que brinda vistas despejadas del exterior y crea una conexión fluida entre los espacios interiores y exteriores. Esta fachada transparente aporta luz natural y proporciona una experiencia inmersiva donde los límites entre el hogar y la naturaleza son casi inexistentes.

El invernadero diseñado por Juan Carlos Sabbagh está ubicado dentro del Bosque Maolino en Curicó, Chile.
La madera como solución constructiva sostenible
Si bien las áreas principales enfatizan la apertura y la conectividad, Juan Carlos Sabbagh Arquitectos cerró intencionalmente las habitaciones para brindar privacidad y una sensación de aislamiento. Este cuidadoso equilibrio garantiza que la casa siga siendo práctica para la vida cotidiana, con espacios claros adaptados a las diferentes necesidades. El uso estratégico de la transparencia y la ocultación demuestra la atención del arquitecto a los matices de vivir en un entorno tan único.
La estructura del invernadero es principalmente de madera, elegida por su adaptabilidad, facilidad de transporte y rápido proceso de construcción. Dada la ubicación remota y de difícil acceso, la madera demostró ser una solución eficaz, en consonancia con el objetivo del proyecto de minimizar el impacto ambiental. Al desarrollar la casa en dos plantas, el diseño reduce la huella, preserva el paisaje natural y respeta la integridad del bosque circundante.

Ubicada a una altitud de 950 metros (3117 pies) sobre el nivel del mar, la casa está en armonía con la naturaleza.

Diseñado con una estructura totalmente de vidrio, se adapta a los cambios estacionales y te mantiene fresco en verano.

El concepto de «invernadero invertido» sitúa a los residentes en interiores rodeados de paisajes forestales