Las paredes cerámicas curvas revolucionan la distribución de un apartamento español de 1966
El prototipo de casa no planificada abraza la espontaneidad del hogar
“¿Y si la vida familiar dejara de ser un diseño y surgiera como resultado de la vida misma?””, pregunta el arquitecto Ismael Medina Manzano. Prototipo doméstico no planificado, con San Sebastián como telón de fondo. Españaexplorando las complejas relaciones entre personas, objetos y el medio ambiente, desafiando los marcos espaciales tradicionales. Al abrazar la imprevisibilidad y la espontaneidad, el proyecto crea una coexistencia dinámica en la que Hogar Conviértete en un participante activo en las negociaciones sociales, políticas y materiales de la vida cotidiana.
El concepto experimental se desarrolla en un apartamento de 80 metros cuadrados en un edificio de 1966 construido durante el programa de estabilización de España de 1959. Esta medida de recuperación económica priorizó viviendas mínimas estandarizadas diseñadas según principios estrictos para adaptarse al modelo de familia nuclear de la época. Este diseño se caracteriza por la separación espacial, el cierre estructural y la funcionalidad limitada. Por el contrario, los prototipos domésticos no planificados reinventar Estas limitaciones incluyen las formas fluidas y diversas de convivencia que definen el siglo XXI. El apartamento se convierte en una plataforma para diversas actividades y agencias domésticas, integrando las posibilidades arquitectónicas en un ecosistema más amplio. Al celebrar la diversidad de relaciones sociales y tradiciones locales, promueve una convivencia flexible e inclusiva que se adapta a los residentes actuales y futuros.

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Medina Manzano utiliza materiales reciclados y de origen local
Características definitorias del Proyecto Medina Manzano estudio de arquitectura Las paredes cerámicas curvas socavan la rigidez del diseño original. Este elemento arquitectónico actúa como organizador espacial y catalizador social, repensando el almacenamiento doméstico tradicional. Además de su practicidad, la pared resuena con el contexto local, integrando despensa, alacenas, muebles de cocina, baños, estanterías y armarios. En un ápice, la pared contiene una vitrina con espejos que oculta discretamente los electrodomésticos, mientras que un portal de arenisca de San Sebastián (la piedra más utilizada en la región) divide la estructura, resaltando la tradición cantera local y las capas geológicas. Los accesorios móviles mejoran aún más la estética del espacio, incluida una isla de altura ajustable hecha de granito nacional reutilizado y materiales recuperados de un taller de carpintería local. Esta pieza móvil se adapta a diferentes ambientes y reuniones sociales, favoreciendo la interacción y la versatilidad.
Otros elementos de origen local incluyen taburetes hechos con raíces de árboles recicladas, sillas de aluminio reciclado de un restaurante cercano y sistemas de acero y aluminio provenientes de la industria metalúrgica local. Con el apoyo de un sistema de riego interno, las plantas interiores móviles conectan el espacio con su paisaje productivo más amplio. El prototipo aborda los desafíos de la renovación de viviendas modernas, proporcionando un marco para reexaminar y reinterpretar cómo habitamos el espacio. En lugar de ofrecer soluciones claras, provoca un pensamiento crítico sobre cómo la arquitectura puede permitir entornos de vida fluidos e inclusivos que evolucionen con sus habitantes.

Prototipo de vivienda no planificada en San Sebastián redefine el espacio habitable a través de la espontaneidad y la convivencia

Ubicado en un apartamento de 80 m² de 1966, el proyecto recrea el estricto trazado de la época del Plan de Estabilización Español

Celebrando la convivencia fluida, el apartamento evoluciona hacia un espacio adaptado a la vida de los residentes.