La naturaleza, la comodidad y el diseño se encuentran en los tejados de esta ciudad
En el corazón de Santo Domingo, la ciudad nunca deja de zumbar. Anarquitectura Junto con Laurelen González, convierta el techo en un espacio privado tranquilo.
La visión del cliente es simple, pero poderosa: un refugio de la ciudad donde él y su familia pueden relajarse. El resultado es una terraza en el techo que se siente como una «cabaña en el cielo» que combina comodidad, vegetación y diseño reflexivo.

Una vez que entras, las plantas te dan la bienvenida que suavizan el espacio y establecen un tono relajado. El área de entretenimiento interior se siente cálido y tentador con techos de madera a dos aguas sobre su cabeza. La iluminación oculta resalta el edificio mientras mantiene la atmósfera cómoda.

Una pequeña cocina y un bar facilitan el entretenimiento, mientras que un gran sofá invitará a las noches de cine familiares o las noches relajadas.

Desde el exterior, la cabaña está envuelta en pistas de madera que se extienden a la cubierta, creando un flujo sin problemas entre el interior y el exterior. La cubierta es más que un espacio abierto, está cuidadosamente diseñado para la relajación y el entretenimiento.

Los asientos oscuros y incorporados detrás de la iluminación oculta brillan, proporcionando espacio para los amigos, y el spa se convierte en el mejor escape. Las plantas juegan un papel importante en toda la terraza. No solo son decorativos, también construyen las cubiertas, crean una sensación de privacidad y traen una sensación natural y tranquila al techo.

El diseño conecta todo juntos, asegurando que cada parte de la terraza permanezca en contacto y al mismo tiempo alcance su propio propósito.

En Santo Domingo, esta terraza en la azotea demuestra que con un diseño inteligente, incluso la ciudad más concurrida puede ocultar un bolsillo pacífico.
