Sendero campestre/NEBR Arquitetura


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. En el corazón de Aldea, entre la densa Mata Atlántica, se revela un puente. A diferencia de los proyectos habituales de NEBR Arquitectura que se abren al horizonte, Aquí el viaje no busca el infinito, sino la intimidad. Se adentra en el interior del bosque y penetra en el verde, como quien busca refugio para reencontrarse consigo mismo.

El gesto arquitectónico parte de una premisa antigua: la relación original del hombre con la naturaleza. Antes, refugio, camino y luz eran extensiones del propio cuerpo; ahora, reinterpretados, se convierten en espacios de contemplación. Los senderos de Aldea no sólo conectan la costa sino que también restablecen la conexión entre los humanos y el misterioso silencio del bosque.

Su estructura es ligera pero rica en contenido. El diseño de madera sostiene una pérgola que se despliega en el marco para convertirse en un lugar de reunión. allí, Este espacio no sólo es apto para la convivencia sino también para la meditación, Es como si cada paso revelara la existencia del otro y la propia.

La iluminación calculada con precisión técnica trasciende la función: revela y oculta, atrae y preserva. Como luciérnagas suspendidas en el aire, las luces marcan el camino y mantienen vivo el misterio del bosque. Sí, la luz es clara, pero las sombras nunca se rompen.


Por tanto, el puente es más que un simple paso. Es metáfora y lugar. Es estructura y poesía. Es un respeto por la naturaleza y una invitación a la introspección. Más que ser dominante, este gesto arquitectónico se mezcla con lo que es la selva: refugio, misterio y esencia.
