Parque Ecológico Ciénaga de Mallorquín / DEB + El Equipo Mazzanti


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. Un parque que protege, conecta y revela: Ciénaga de Mallorquín se convierte en una nueva frontera viva entre ciudad y naturaleza.


En la frontera líquida donde el río Magdalena se encuentra con el Mar Caribe, Barranquilla Reconectarse con el paisaje natural a través de un proyecto inédito en Colombia: el Parque Ecológico Ciénaga de Mallorquín, diseñado por DEB y El Equipo Mazzanti. Encargado por la Alcaldía en 2019 como parte del Plan de Restauración Integral de la Ciénaga, el parque nació con dos objetivos: Proteger los manglares de la intrusión urbana y al mismo tiempo abrir la visión pública de la coexistencia con la naturaleza.


Diseñado para proteger bordes, El parque ecológico actúa como límite físico y simbólico para evitar la expansión de asentamientos informales en el humedal, pero al mismo tiempo abre la ciudad como frente público.. Como continuación de los proyectos del Gran Malecón y Puerto Mojo, el parque desarrolló su propia identidad, celebrando la naturaleza a través de la arquitectura. Sus senderos y bucles recuerdan las huellas de los pescadores que han navegado por las marismas durante generaciones, recreando la relación entre ciudad, agua y playa.



ruta a lo largo Con siete kilómetros de longitud, su serie de gestos arquitectónicos propone nuevas formas de habitar los ecosistemas. Paseos y estructuras sobre el agua evocan el movimiento de las raíces de los manglares, creando la sensación de viajar a través de un bosque anfibio. Plataformas flotantes de entre 4 y 18 metros de diámetro sirven como islas verdes para eventos comunitarios y culturales. La plaza sobre pilotes se convierte en una zona comercial y de descanso, mientras que un muelle con piscina (alimentada por agua filtrada del propio pantano) invita a nadar, descansar en una hamaca suspendida o emprender una excursión. El recorrido finaliza en un gran círculo sobre el agua, transformado en el Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Simón Bolívar, rodeado de restaurantes y espacios culturales.

La materialidad es clave para el enfoque arquitectónico. De acuerdo con los requisitos de la CRA (Corporación Autónoma Regional del Atlántico), Todas las estructuras deben construirse sin hormigón.. Seleccionamos madera tratada inmune y la apilamos a una profundidad de hasta 45 metros para garantizar la estabilidad en el terreno cambiante de las mareas. Con un mantenimiento mínimo (pulido, protección de anclajes y refuerzo específico), la vida útil de estas estructuras se estima en más de 60 años. Además de responder a estándares de sostenibilidad, la decisión Reviviendo la tradición de la arquitectura de madera costera del Caribe, las innovaciones contemporáneas están grabadas en la memoria cultural de la región.


Visitar un ecoparque es una experiencia transformadora en sí misma. Preparar un espacio disponible comenzando por el manglar y rodeándolo como un cerco protector. Revolucionó la percepción que la gente tenía de este ecosistema, muchas veces estigmatizado por su olor o su entorno hostil. Para hacerlo habitable, se empleó un sistema biológico bacteriano para neutralizar el olor característico, revelando el importante papel del manglar como filtro de carbono natural, refugio de la biodiversidad y barrera contra la erosión costera. Caminar es un ejercicio de reconexión: correr al amanecer como terapia, practicar yoga al aire libre, asistir a un concierto flotante o simplemente disfrutar de un atardecer caribeño desde una nueva perspectiva. Cada espacio tiene su propio ritmo, a caballo entre la intensidad del movimiento y la tranquilidad de la contemplación.

El impacto en las ciudades fue inmediato. Donde antes había tala ilegal, vertederos y tráfico de drogas, ahora hay eventos deportivos, culturales y de bienestar que han redefinido la relación de la ciudad con sus esteros. El parque ecológico no sólo cambió la forma en que los residentes de Barranquilla veían los manglares, sino que también les dio un nuevo sentido de pertenencia y orgullo por la innovación urbana de su ciudad. Barranquilla Como tal, se proyecta que sirva como punto de referencia nacional para la regeneración ecológica y el diseño de espacios públicos, con modelos que puedan replicarse en otras áreas costeras del trópico.

Más que un simple parque, Ciénaga de Mallorquín es ahora un manifiesto urbano: una obra que muestra cómo la arquitectura puede reconciliar ciudades y ecosistemas, comunidades y paisajes, memoria y futuro.
