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Cómo se sienten 1.850 pies cuadrados como un santuario japonés en Cupertino

En un barrio tranquilo de Cupertino, a sólo unos kilómetros del extenso campus de Apple, SHED Architecture & Design ha creado algo emocionante, un hogar que susurra en lugar de gritar, encontrando tranquilidad en una de las áreas más dinámicas del mundo. Cupertino Courtyard House es un ejemplo de cómo los principios del diseño japonés dieron nueva vida al modernismo de California.

Ubicada entre casas de estilo colonial español y de la Misión en el icónico vecindario Eichler de la ciudad, esta casa de 1,850 pies cuadrados se siente atemporal y claramente moderna. Los arquitectos se enfrentaron a un desafío único: cómo respetar las tradiciones de construcción locales y al mismo tiempo crear algo completamente nuevo para una familia joven que busca privacidad y conexión con la naturaleza.

Diseñador: SHED Arquitectura y Diseño

corazón de casa

La respuesta está en el corazón palpitante del hogar. Es un patio central ajardinado que sirve como principio organizador de todo el diseño. Inspirándose en las tradiciones de los jardines japoneses, esta sala al aire libre se convierte en el núcleo meditativo alrededor del cual giran todos los espacios interiores. Cada habitación se abre a este santuario ajardinado, creando lo que los arquitectos describen como un «ritmo tranquilo entre el interior y el exterior».

Vista desde la calle, la casa presenta una cara respetuosa hacia sus vecinos, con paredes de estuco blanco que hacen eco de las casas circundantes. Sin embargo, el segundo nivel muestra el carácter contemporáneo de la casa a través del llamativo revestimiento de madera negra de sugiban Kotobuki, un guiño a las tradiciones de construcción japonesas que añade belleza y durabilidad. Este volumen escalonado no sólo es estéticamente agradable sino también práctico. Es una respuesta reflexiva a los estrictos requisitos de zonificación local, convirtiendo las limitaciones en oportunidades arquitectónicas.

Poesía material y vida consciente

Los materiales naturales cuentan la historia de toda la casa. Las mamparas de cedro filtran la luz y crean privacidad, mientras que los profundos voladizos proyectan sombras contemplativas que cambian con la trayectoria del sol. La madera, el yeso y la piedra aportan calidez y tacto, creando lo que SHED describe como «un diálogo constante con la vegetación circundante».

La distribución interior encarna el concepto de vida consciente. Las puertas tradicionales se reemplazan por paneles corredizos, lo que facilita el movimiento suave entre espacios. Las puertas de vidrio del piso al techo eliminan la distinción entre el interior y el exterior, inundando las áreas de estar con luz natural y manteniendo una conexión visual con los jardines del patio.

Innovación sostenible y excelencia en colaboración.

La sostenibilidad va más allá de las elecciones superficiales. La casa alcanza un estado energético neto positivo, lo que demuestra que la responsabilidad medioambiental y la belleza arquitectónica pueden ir de la mano. Este no es un diseño ecológico como una ocurrencia tardía; Está integrado en cada decisión, desde el posicionamiento hasta la selección de materiales. La singularidad de Cupertino Courtyard House no radica en ningún elemento en particular, sino en cómo todos los elementos trabajan juntos.

SHED Architecture creó una casa que se siente como un refugio sin estar aislada. Aquí, las familias pueden encontrar un momento de paz en medio del ajetreo y el bullicio de Silicon Valley. El proyecto fue construido por Art of Construction, con ingeniería estructural de Todd Perbix y fotografía de Ethan Gordon, lo que representa lo mejor de la colaboración. El resultado es una residencia que demuestra que la arquitectura contemporánea puede ser innovadora y arraigada, moderna pero atemporal, una suave revolución en el diseño residencial que aborda nuestras necesidades fundamentales de refugio y tranquilidad.

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