Este estudio de Seúl acaba de construir un edificio con hongos

Imagine un mundo donde los edificios no sólo se construyen sino que se cultivan, las paredes se cultivan en moldes personalizados y los materiales de construcción provienen del propio sistema de filtración de la naturaleza. Suena a ciencia ficción, pero en el campus de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Seúl, esta visión se hará realidad en 2024 con Mycelium Hut.
El proyecto, diseñado por Yong Ju Lee Architecture, se encuentra actualmente en un momento crítico. Actualmente, la industria de la construcción tiene las emisiones de carbono más altas de cualquier industria del mundo. Después de diez mil años de evolución humana, la arquitectura entró en el siglo XX primando la eficiencia y la economía, utilizando el hormigón y el acero como materiales casi exclusivos. Esta búsqueda de optimización industrial, si bien promueve un rápido desarrollo, también separa la arquitectura de sus raíces ecológicas y aumenta la carga ambiental del entorno construido.
Diseñador: Lee Yong Joo Arquitectos


A raíz de la crisis ambiental y la era pandémica, ha surgido un nuevo enfoque para redefinir la sostenibilidad misma. Los compuestos de base orgánica aportan nuevas posibilidades a la construcción, desafiando la naturaleza no reciclable y no degradable de los materiales de construcción inorgánicos. Mycelium Cottage experimenta con micelio (una red de hongos que actúa como filtro natural) para reinterpretar qué es la arquitectura ecológica.


Pero aquí es donde se pone realmente interesante. No se trata simplemente de sustituir un material por otro. El proyecto explora métodos de fabricación biointegrados que coordinan el crecimiento, la decadencia y el diseño en un solo proceso. Piense en ello como una arquitectura que comprende su propio ciclo de vida desde el momento en que comienza a formarse.


Mycelium House demuestra la aplicación a gran escala del micelio como material de construcción utilizando moldes personalizados producidos mediante impresión robótica en 3D. Esta investigación basada en el diseño dio como resultado un pabellón biohíbrido en el que los marcos de madera sirven como pilares estructurales mientras que los paneles de micelio hechos a medida forman la envoltura externa. Es una combinación de lo antiguo y lo nuevo, lo natural y lo digital, la fuerza y la adaptabilidad.


El proceso en sí es como una receta experimental. En la fase inicial se probaron varios tipos de sustratos de micelio para evaluar su trabajabilidad, crecimiento y resistencia. A partir de estos resultados, se fabricaron moldes específicos mediante impresión 3D. Las innovaciones que siguieron hacen que este proyecto sea particularmente fascinante: se creó un nuevo flujo de trabajo combinado con un brazo robótico industrial, fusionando procesos digitales con sistemas de crecimiento natural. El resultado es una estructura a gran escala que encarna la coexistencia de la informática y la biología. Los robots y los hongos trabajan juntos. Algoritmos para guiar el crecimiento orgánico. Esta colaboración no habría tenido sentido ni siquiera hace una década, pero ahora parece inevitable.


Mycelium Hut es más que un simple experimento interesante: resuelve desafíos reales en aplicaciones de materiales fúngicos. El micelio es estructuralmente débil en comparación con el hormigón o el acero. Su crecimiento es impredecible. Requiere condiciones específicas para prosperar. Estos no son errores en el sistema, sino características que requieren un pensamiento de diseño más inteligente. Mediante el uso de formas geométricas, molduras personalizadas y marcos de madera de soporte, el proyecto demuestra la viabilidad de los biocompuestos para la construcción de edificios sin pretender que el material es algo que no es.


La ubicación también es importante. Ubicada en un campus universitario, esta audaz instalación hace que el concepto de arquitectura sostenible sea práctico en la vida cotidiana. No estará escondido en laboratorios de investigación ni se presentará únicamente en conferencias de la industria. Los estudiantes lo atravesaron. Los turistas lo encuentran. El proyecto invita a todos a imaginar un futuro en el que los edificios respondan a su entorno porque están esencialmente hechos de él.

Estamos observando un cambio en el pensamiento arquitectónico que va más allá de las palabras de moda sobre sostenibilidad. Cuando los materiales de construcción se pueden convertir en abono después de su uso, cuando la construcción se realiza mediante cultivo en lugar de extracción, y cuando se programan robots para llenar moldes con hongos, no sólo se reduce el impacto en el medio ambiente. Estás reinventando cómo puede verse la arquitectura. Mycelium House muestra que la próxima revolución en la arquitectura no vendrá de un hormigón más resistente o de un acero más ligero, sino de aprender a trabajar con sistemas vivos. Al combinar la fabricación digital con el crecimiento biológico, Yong Ju Lee Architecture ha creado algo que es a la vez vanguardista y antiguo, de alta tecnología y terrenal, experimental y sorprendentemente práctico.
La verdadera pregunta no es si podemos construir con hongos. Mycelium Hut demuestra que podemos. La pregunta es si estamos preparados para repensar toda nuestra relación con los materiales, el crecimiento y el entorno construido. En un campus universitario de Seúl, esta conversación ya ha comenzado.
