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Este estudio de 110 pies cuadrados en el patio trasero se transformó en espacio de trabajo, hogar y uso diario

A veces los pensamientos más simples traen la alegría más profunda. Cuando una pareja de Seattle se puso en contacto con Linework Architecture con un correo electrónico titulado «¿Pequeño proyecto?» No pedían grandeza ni lujo. Solo buscaban un respiro, dos espacios de trabajo tranquilos y funcionales que les permitieran seguir siendo productivos sin desconectarse de la vida hogareña. Su bungalow de 1919 ya no tenía suficiente espacio, y el cobertizo del patio trasero, que solo tenía 110 pies cuadrados, se había vuelto demasiado estrecho para dos trabajos remotos de tiempo completo, un niño pequeño y un bebé en camino.

Linework Architecture ve estas limitaciones no como obstáculos sino como oportunidades de invención. En lugar de ampliar la huella o derribar lo que ya estaba allí, el equipo de diseño optó por utilizar restricciones como herramienta creativa. Reutilizaron la plataforma del cobertizo original, manteniendo intacta la base de 110 pies cuadrados. Esta decisión ahorró costes, redujo los residuos de construcción y preservó las raíces de un antiguo árbol cercano. También fundamenta el proyecto con humildad, un recordatorio de que el diseño bien pensado no siempre comienza con una hoja de papel en blanco.

Diseñador: estructura de linea

Con solo 55 pies cuadrados asignados para cada espacio de trabajo, el desafío era hacer que una habitación tan pequeña pareciera abierta, luminosa y acogedora. Los arquitectos introdujeron un par de «cajas para sillas» en voladizo, extensiones inteligentes que crean un escritorio de gran profundidad, asientos adicionales y una sorprendente sensación de amplitud. El efecto es a la vez práctico y poético, un equilibrio entre precisión y comodidad, logrado enteramente mediante un pensamiento inteligente en lugar de una construcción excesiva.

La luz se convierte en el elemento de diseño más transformador. Linework Architecture elevó la pared hasta el límite de altura de zonificación y envolvió la parte superior en paneles de policarbonato translúcidos. Estos paneles difusores invitan a la suave luz del día a través de las ramas de los árboles centenarios, llenando el espacio con patrones cambiantes de luces y sombras. La luz cambia a lo largo del día, dando a cada espacio de trabajo una cualidad vibrante, tranquila por la mañana, moteada al mediodía y suavemente resplandeciente al atardecer.

El proceso de construcción de WORK_shed se convirtió en una historia de colaboración entre generaciones. Padres, abuelos e incluso los hijos pequeños de la pareja se unieron, convirtiendo el edificio en un acto de creación compartido. Lo que comenzó como necesidades funcionales se convirtió en un ritual familiar de medir, pulir, elevar y celebrar juntos cada pequeño hito. El cobertizo es más que un simple lugar para trabajar; Se convierte en un espacio de presencia y orgullo compartido.


La estructura terminada encarna la idea de que la comodidad y la creatividad pueden florecer dentro de limitaciones. El cobertizo de trabajo es pequeño pero se siente espacioso y lleno de luz, cuidado y propósito. Nos recuerda que los diseñadores suelen encontrar las soluciones más elegantes cuando trabajan dentro de limitaciones. A veces, los proyectos más simples,

Lo que se construye con honestidad, moderación y alegría deja el impacto más duradero.


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