Skip links

Iglesia española de hormigón, nombrada mejor edificio del mundo en 2025

Imagine un edificio tan crudo y honesto que parece como si estuviera surgiendo directamente del suelo. Eso es exactamente lo que ha conseguido Fernando Menis con la Iglesia y Centro Comunitario del Santo Redentor en Las Chumberas, Tenerife, que la comunidad de arquitectos acaba de nombrar Edificio Mundial del Año 2025 en el World Architecture Festival.

Ubicada en las afueras de La Laguna, España, esta no es la típica iglesia. El proyecto estaba ubicado en un barrio que había sido casi olvidado por el desarrollo urbano, y Menis vio la oportunidad de crear algo significativo para la comunidad. El objetivo de este tipo de arquitectura no es sólo quedar bien en una revista. Se trata de brindar a las personas un lugar para reunirse, conectarse y sentir que pertenecen a algún lugar.

Diseñador: Fernando Méniz

Lo que hace que este proyecto sea tan especial es la historia detrás de su construcción. Todo el edificio se financia mediante pequeñas donaciones de los feligreses locales. Piénselo. No hay grandes patrocinadores corporativos ni grandes subvenciones gubernamentales. Son simplemente personas comunes y corrientes las que contribuyen cuando pueden. Este flujo intermitente de fondos afectó directamente la génesis del edificio, creando un cronograma de desarrollo irregular que en realidad influyó en el diseño final.


¿El resultado? Se construyeron cuatro volúmenes separados en etapas, cada uno de ellos como su propio elemento escultórico mientras trabajaban juntos como un todo cohesivo. La iglesia misma está conectada por un centro comunitario y una plaza pública, creando este espacio multifuncional que sirve a la comunidad de diferentes maneras cada día y cada semana.


Hablemos de la estética, porque son llamativas. Menis optó por un estilo completamente minimalista, con el hormigón visto casi en bruto. Su textura es rugosa y sin pulir, lo que le confiere una calidad orgánica que no suele verse en la arquitectura religiosa contemporánea. Ningún exterior llamativo que intente impresionarte. En cambio, el material mismo se convierte en la declaración. El hormigón no se coloca simplemente. Mire de cerca y notará cómo la luz se mueve a través de estas superficies a lo largo del día, creando sombras y luces en constante cambio. Su arquitectura cambia con el tiempo y nunca luce exactamente igual dos veces. Esta simplicidad intencional requiere mucha habilidad para ejecutarla bien.


En el interior, el espacio mantiene la misma actitud honesta. La luz natural se filtra a través de aberturas estratégicamente ubicadas, creando momentos de tranquila contemplación sin ser demasiado dramática. El diseño interior se siente arraigado y tranquilo, que es exactamente lo que desea en un espacio espiritual, sin dejar de sentirse moderno y accesible. Fernando Menis tenía claro que la gran arquitectura no se trata de hacer alarde de destreza técnica o seguir tendencias. Se trata de satisfacer necesidades reales mediante soluciones bien pensadas. Este proyecto podría haber sido universal, pero en cambio se convirtió en algo relevante para su lugar y comunidad específicos.


Los jueces del Festival Mundial de Arquitectura aprobaron todo esto, razón por la cual superó a cientos de otros proyectos en todo el mundo. Ganar este premio coloca a la Iglesia del Santo Redentor al mismo nivel que los ganadores anteriores, redefiniendo la arquitectura moderna. Lo refrescante de este proyecto es cómo desafía nuestras suposiciones sobre cómo debería ser el diseño ganador. Sin curvas preciosas, sin materiales de alta tecnología, sin una paleta de colores digna de Instagram. Simplemente una planificación del espacio concreta, ligera y reflexiva. En una época en la que a veces puede parecer que la arquitectura se esfuerza demasiado en volverse viral, este edificio tiene éxito siendo auténtico.


El enfoque centrado en la comunidad también sienta un precedente importante. Si bien muchos proyectos de construcción sirven a clientes ricos o intereses corporativos, la arquitectura aquí existe porque la comunidad unió sus recursos para crear algo para todos. Este modelo de financiación de base da como resultado un edificio que realmente refleja a aquellos a quienes sirve.


Para cualquiera interesado en cómo el diseño se cruza con el impacto social, este proyecto ofrece una clase magistral. Demuestra que limitaciones como los presupuestos limitados y la financiación irregular pueden en realidad inspirar soluciones más creativas y significativas que los recursos ilimitados. La Iglesia y Centro Comunitario del Santo Redentor en Las Chamberras nos muestra que el mejor edificio no es necesariamente el más ruidoso. A veces simplemente necesitan ser honestos acerca de quiénes son y a quién sirven. A veces, eso es suficiente para cambiar el mundo.



Leave a comment

Home
Account
Cart
Search
¡Hola! ¡Pregúntame lo que quieras!
Explore
Drag