Sauna Cueva del Agua / Estudio Rabagast


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. A orillas de un pequeño lago forestal en Oaker Gård, hay una sauna flotante tranquilamente sobre el agua. Eco Farm quiere devolver algo a la comunidad local: un lugar para reunirse, relajarse y reconectarse con la naturaleza. La sauna fue diseñada y construida por los estudiantes en un intenso período de dos semanas, desde los bocetos iniciales hasta la estructura final.


El proyecto comenzó con un encargo sencillo: construir una sauna flotante para seis personas en un pontón determinado. Sin embargo, desde el principio, los clientes nos animaron a pensar más allá de la funcionalidad. Crea algo escultórico, un pequeño edificio que sea a la vez artístico y práctico. Junto a ellos desarrollamos el diseño final a lo largo de cuatro días de diálogo y experimentación.

El resultado es una planta cuadrada retorcida en ángulos sutiles, dando al edificio una presencia dinámica sin dejar de estar arraigado en la tranquila superficie del lago. La estructura está construida íntegramente en madera y aislada con material Low-E desarrollado para la industria aeroespacial. Un encuentro inesperado entre la artesanía indígena y la tecnología de la era espacial.

Nos centramos en los rituales que definen la experiencia de la sauna: llegada, desvestirse, enjuague y transición del frío al calor. Toda la escena se desarrolla de forma natural, pasando del exterior al interior oscuro y fragante. En el interior, paneles de madera de linaza quemada envuelven las paredes, creando un espacio oscuro y texturizado que contrasta con un banco de álamo claro que parece flotar en la habitación. La única luz proviene de la estufa de leña, la única ventana y el reflejo en el agua del exterior.

Las ventanas son deliberadamente bajas, enmarcando el lago y el bosque más allá. A medida que subes a los tres niveles de asientos, la vista cambia hasta que, cuando llegas a la cima, lo único que queda son las ondas del lago. Cuando los materiales escasean, la necesidad lleva a la invención. Los paneles restantes se cortaron en baldosas y se utilizaron para cubrir un lado de la sauna, añadiendo textura y ritmo al exterior. Cada parte del edificio tiene huellas de improvisación y diseño cuidadoso.


La construcción estuvo a cargo de dieciséis estudiantes, muchos de los cuales tenían poca experiencia en carpintería. La compleja geometría del techo requirió precisión, paciencia y resolución colectiva de problemas. Sin embargo, a través de este proceso, surgió algo pacífico. El edificio flota suavemente sobre el agua, brindando refugio, calidez y tranquilidad. Más que una simple sauna, es un pequeño santuario, un lugar donde el calor y el agua se encuentran, y donde la artesanía, la naturaleza y la comunidad se unen en equilibrio.
