Esta encantadora cabaña de piedra ahora cuenta con una extensión llena de luz.

The Cottage era originalmente una casa histórica compacta y con poca luz en Charlbury, Inglaterra. El objetivo era simple: crear un espacio familiar luminoso y flexible sin comprometer la tradición rural. La solución fue una ampliación sensible de una sola planta que permanece visualmente silenciosa y al mismo tiempo abre el interior a la luz natural y a los jardines.
Desde la calle, la tradicional fachada de piedra parece intacta. Eso es intencional. El equipo está ubicado en noto arquitectos Se dio prioridad a conservar la presencia original frente a Charlbury Lane, haciendo de la cabaña la forma dominante dentro del área de conservación.


La ampliación está situada en la parte trasera y es un espacio bajo de una sola planta. Al hundirse ligeramente en el jardín, su perfil sigue siendo sutil, reduciendo la visibilidad para los vecinos y protegiendo el paisaje dentro del Área de Conservación de Charlbury. Los esbeltos marcos de acero, los grandes acristalamientos y la piedra de Cotswold crean un suave diálogo entre lo antiguo y lo nuevo.




Internamente, el nuevo plan se abre directamente al jardín. La zona del comedor es la que más se beneficia de esta transición, ganando luz natural que recorre el espacio a lo largo del día. Durante las excavaciones se descubrió un pozo histórico. En lugar de quitarlo, el equipo lo mantuvo debajo de un piso de vidrio con una iluminación sutil. Ahora sirve como un punto focal tranquilo y un recordatorio del pasado estratificado del sitio.



La cocina presenta un diseño abierto que utiliza nuevos detalles de vidrio y acero para agregar claridad y simplicidad mientras mantiene una paleta de colores sobria. Los gabinetes de cocina oscuros combinan con los marcos de las ventanas, contrastando con el interior claro, mientras que los tragaluces agregan luz natural.






La sala de estar llena de carácter está anclada por una histórica chimenea de piedra, complementada por una estufa de leña y muebles de mediados de siglo. Los tonos profundos de las paredes, la tapicería de terciopelo y las texturas naturales crean una atmósfera cálida y en capas que se siente atemporal pero moderna.




Un tranquilo dormitorio pintado de un intenso color oliva conduce a un baño con suelo de mármol, una bañera clásica y una ducha con azulejos oscuros, mientras que un cálido vestidor proyecta un suave brillo hacia un lado. El diseño se siente intencional y tranquilo, con cada espacio conectado a través de una luz sutil y detalles bien pensados.



Estas cabañas demuestran cómo una escala modesta, una cuidadosa selección de materiales y cuidados detalles pueden llevar la vida familiar moderna a una casa histórica sin diluir su carácter. El resultado es fresco y estrechamente conectado con su entorno.