Refugio Experimental en la Sierra del Segura / SANTZO Arquitectos


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. El paisaje natural de la Sierra de Segura está salpicado de tinadas, pocilgas, molinos y lavaderos, y caseríos generalmente abandonados. Estas reliquias alguna vez fueron una parte importante de la vida diaria y los recuerdos de los miles de hombres y mujeres anónimos que habitaron estas tierras. Las personas se ven obligadas a abandonar sus hogares y sus tierras para diseñar un entorno donde poder disfrutar de la caza, ignorando sus derechos.

Este pequeño pueblo surgió en la Sierra del Segura como última resistencia a estas expropiaciones forzosas. Hoy quedan los últimos vestigios de la vida en la montaña y el tiempo parece haberse detenido. El agua todavía fluye por las acequias y el olor a leña de los hornos de pan todavía impregna la tierra.


En este lugar encontramos una pocilga y un gallinero separados, independientes de la estructura urbana, como es habitual en este tipo de construcciones, ya que el ganado no requiere condiciones confortables y su presencia puede incomodar a las personas. El proyecto propone la restauración de la arquitectura de una pocilga destinada a refugio experimental. El edificio responde a tipologías tradicionales de este tipo de edificación, desarrollado en una sola nave longitudinal con cubierta de teja árabe a una sola vertiente, muros de carga de mampostería de toba de mortero de cal y pasillos a doble cara para favorecer la ventilación natural del espacio.

El objetivo de la restauración del edificio era preservar la memoria de los habitantes del pueblo a través de este refugio experimental. para esto, Tres elementos tradicionales que rodean el lugar proyectan un espacio abierto; fuego, agua y paisaje. La apertura total del lado norte del refugio pretende introducir la naturaleza en el espacio, que a su vez extiende la superficie interior hacia el exterior a través de una plataforma que corresponde a la proyección de los elementos preexistentes del paisaje próximos a álamos y pinos.

El fuego, elemento principal del proyecto, flota en el aire y divide el espacio en dos zonas, una de contemplación y diurna, y otra de descanso y noche, mientras que el espacio de agua asociado al descanso recuerda a los bebederos de ganado que inician un diálogo íntimo con el paisaje.


Para el equipamiento del refugio se propuso utilizar muros de acero completamente exentos para dar cabida a las zonas ocultas más privadas, buscando mantener la nave completamente desligada del carácter preexistente, destacando la mampostería de piedra de cuando se construyó la primera fase del refugio hace más de doscientos años.

Durante la restauración de este espacio se puso especial énfasis en artefactos difíciles de encontrar hoy en día, confiando en carpinteros y herreros locales para restaurar partes de la estructura original, sin cuya artesanía este proyecto no hubiera sido posible.
