Los científicos reciclan desperdicios de comida en una máquina de garras robótica
Piezas de máquinas de ‘garra’ fabricadas con residuos de alimentos reciclados
Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) reciclado desperdicios de alimentos como caparazón Del langostino a la funcionalidad, robot Una máquina de garras que puede agarrar objetos. En un estudio de CREATE Lab, el equipo probó si los caparazones de los crustáceos podían realizar ciertas tareas robóticas mejor que el metal, el plástico u otros materiales sintéticos típicos. Los científicos dicen que los caparazones de los crustáceos funcionan bien porque son duros y rígidos en algunos lugares, lo que les da fuerza, y flexibles en otros lugares, lo que les permite doblarse. Esta mezcla de partes duras y blandas permite a los animales moverse rápidamente a través del agua y con gran potencia, propiedades que podrían aprovecharse en máquinas funcionales.
Los investigadores modificaron el vientre y la cola de los langostinos con piezas sintéticas para reciclar los desechos de alimentos en una máquina. Pusieron materiales elásticos dentro del caparazón para controlar cómo se mueve cada parte. Luego conectaron el caparazón a una base motorizada, una máquina que puede moverse y cambiar la dureza o holgura del caparazón. Finalmente, cubrieron todo con una capa de silicona para que durara más. Este proceso combina tres cosas: una estructura natural, un material elástico para el control del movimiento y una base eléctrica para potencia y precisión. Una vez utilizado el sistema robótico, la carcasa y las piezas compuestas se pueden desmontar y la mayoría de las piezas compuestas se pueden reutilizar para otros proyectos.

Todas las imágenes son cortesía de EPFL y CREATE Lab.
Una pinza robótica hecha de caparazones de crustáceos puede recoger objetos
este equipo La Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha creado tres sistemas robóticos diferentes. El primero es el brazo robótico, que es un brazo robótico que puede recoger y mover objetos que pesen hasta 500 gramos. El segundo es un par de pinzas que pueden sujetar y recoger objetos de diferentes tamaños y formas, desde resaltadores hasta tomates. El tercero es un robot nadador con dos aletas que puede moverse en el agua a una velocidad de 11 centímetros por segundo. Como se muestra en el vídeo, las pruebas han demostrado que los residuos de alimentos reciclados se pueden utilizar como una máquina de garras funcional para agarrar objetos. Sin embargo, como describen los científicos en su artículo, el principal problema de este enfoque es que estudiares decir, las conchas naturales no son exactamente iguales.
Cada cola de langostino tiene una forma ligeramente diferente, e incluso si el equipo hiciera un clip con dos dedos, un lado se curvaría ligeramente de manera diferente que el otro porque las conchas no son idénticas. Afortunadamente, los investigadores han encontrado una forma de solucionar este problema produciendo mejores piezas sintéticas que pueden adaptarse y adaptarse a la forma y propiedades únicas de cada caparazón. El equipo ha probado su método hasta ahora y cree que cuando reciclen los desechos de alimentos en la máquina, esto podría conducir a nuevas aplicaciones más allá de las pinzas y los nadadores, incluido su uso como biomateriales en implantes médicos o sistemas que monitorean procesos biológicos.

Los científicos de la EPFL reciclan desechos de alimentos, como cáscaras de langostino, en una máquina robótica de garras

Los caparazones de los crustáceos funcionan bien porque son rígidos en algunos lugares y flexibles en otras partes.

Vista de una máquina hecha con residuos de alimentos reciclados.

La pinza robótica puede agarrar objetos que pesen hasta 500 gramos

El material elástico dentro de la carcasa controla cómo se mueve cada parte.
Información del proyecto:
Nombre: Materia muerta, máquina viva: reutilización del exoesqueleto abdominal de un crustáceo para robots biohíbridos
equipo: Sareum Kim, Kieran Gilday, Josie Hughes
mecanismo: crear un laboratorio, EPFL | @epflcampus
estudiar: aquí