La torre de 21 pisos cuenta con 104 balcones verdes inspirados en Gaudí

El horizonte de Taichung está a punto de recibir una nueva y espectacular incorporación. MVRDV recibió la aprobación de construcción para The Island, una torre residencial de 21 pisos que reinventa la vida urbana a través de curvas orgánicas, arte cerámico y un ambicioso sistema de jardines verticales. Ubicado en la intersección de los distritos norte de la ciudad y Beitun, el proyecto contrasta marcadamente con la típica arquitectura residencial cuadrada de Taiwán. La fachada está inspirada directamente en la técnica del mosaico de Antoni Gaudí, envolviendo azulejos blancos de diferentes tamaños alrededor de curvas fluidas. Las piezas más grandes cubren superficies planas, mientras que los patrones de grano más fino suavizan las curvas más cerradas. Esta cuidadosa coreografía mantiene la continuidad de cada ondulación, creando una presencia escultórica que cambia con la luz y brilla contra el distrito comercial circundante.
La isla debe su nombre a su incesante búsqueda de vegetación. El desarrollo cubre un área de 9.000 metros cuadrados y cuenta con 104 balcones privados con áreas plantadas, 5 balcones triplex comunitarios y 38 jardineras de fachada individuales. La plantación al nivel de la calle conecta el edificio con el suelo, mientras que una terraza ajardinada en la azotea cubre toda la estructura. La selección de plantas refleja la biodiversidad de la provincia de Taichung, lo que convierte a la torre en un catálogo viviente de la flora regional. Se talla un hueco de tres pisos de altura en cada balcón público, lo que aporta profundidad a la fachada y al mismo tiempo proporciona terrazas verdes con vistas panorámicas de la ciudad.
Diseñador: Seguimiento VRDV

Las ambiciones ecológicas responden a las normas de construcción habitable de Taichung, que empujan a los desarrolladores hacia espacios al aire libre y vegetación. El sitio cuenta su propia historia de la rápida transformación de la ciudad. A medida que el distrito de Beitun explotó en el siglo XXI, alguna vez estuvo ubicado cerca del borde de la ciudad y ahora se encuentra en lo profundo de un denso distrito comercial. La isla contrasta con esta densidad, creando un oasis de terrazas plantadas que emergen del tejido urbano. La presencia orgánica suaviza los bordes duros que definen el vecindario circundante.
Jacob van Rijs, socio fundador de MVRDV, planteó claramente el desafío del diseño: los edificios residenciales en Taiwán deben seguir un diseño estandarizado y eficiente. El carácter debe surgir de los detalles, no de experimentos espaciales radicales. La isla encuentra su carácter a través de suaves curvas, acabados de estilo Gaudí y vegetación que forma parte de un sistema orgánico más que solo una decoración. Van Rijs describe cómo la ciudad llena de cajas aporta un toque suave a la ciudad, y el carácter del edificio surge de una cuidadosa atención a la artesanía y la integración de la naturaleza. La curvatura se convierte en el principio organizador que determina cómo se organizan las habitaciones exteriores y los espacios de plantación a lo largo de la fachada.

Hay 76 apartamentos distribuidos en dos plantas, dedicados a espacios comerciales e instalaciones comunes, incluidos restaurantes, salones y espacios de karaoke. La atención a la vida en comunidad está dirigida principalmente a compradores de clase media y parejas jóvenes. Los espacios compartidos reconocen que la habitabilidad urbana se extiende más allá de las unidades individuales para abarcar interacciones sociales y experiencias colectivas. Cinco balcones comunitarios distribuidos a lo largo de la altura del edificio forman puntos de reunión que fomentan la interacción de los residentes, al tiempo que brindan acceso a áreas de plantación al aire libre de varios niveles. Estas terrazas compartidas actúan como parques verticales, llevando el espacio público a nivel del suelo a los pisos residenciales.
La sostenibilidad va más allá de la vegetación visible para abarcar consideraciones ambientales más amplias. El proyecto se sitúa dentro de una conversación ecológica más amplia sobre el desarrollo urbano denso y al mismo tiempo aborda las emisiones de carbono y los objetivos de biodiversidad. La tecnología cerámica inspirada en Gaudí proporciona distinción estética al tiempo que garantiza una apariencia duradera y fácil de mantener que envejece con gracia. La isla representa la investigación en curso de MVRDV sobre cómo los edificios residenciales pueden suavizar una ciudad dominada por ángulos rectos y cajas de cristal. A través de referencias históricas, artesanía material e integración ambiental, el proyecto demuestra que la densidad y la naturaleza no tienen por qué ser antagónicas. Más bien, ofrece un modelo para combinar la vida urbana y la conciencia ecológica en una única expresión arquitectónica.
