Academia de Ciencias – Pontificia Universidad Javeriana / Estudio de Arquitectura Bogotá


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. El diseño de la nueva Facultad de Ciencias de la Universidad Pontificia Javeriana enfrentó desafíos únicos, como lograr un equilibrio armonioso con las construcciones patrimoniales de Pablo VI, Activar el borde urbano de la Carrera Séptima y expresar el campus de manera coherente. El proyecto de uso mixto se construye alrededor de tres componentes fundamentales: A) una plataforma lineal que establece un frente humano en la Carrera Séptima; B) una torre de gran altura con un pedestal amplio y fluido que define la nueva entrada icónica al campus; C) amplias intervenciones paisajísticas y espacios colectivos que sirven como conectores entre las diferentes áreas del campus.


La propuesta, sencilla pero potente -a base de un conjunto podio/torre- no sólo resalta la presencia del edificio patrimonial Pablo VI (1967), obra del arquitecto Aníbal Moreno y único bien catalogado del conjunto universitario, sino que también pone en valor su integración integrándolo respetuosamente en el conjunto. La terraza se extiende hacia el norte, revitalizando el vestíbulo del edificio histórico y proporcionando un espacio abierto, Integra la vegetación y amplía el uso de su material principal, el ladrillo. La torre está estratégicamente situada en el extremo norte del edificio, evitando su posición el enfrentamiento con Pablo VI y actuando como telón de fondo visual, cerrando el recorrido desde la Biblioteca Central.


La plataforma lineal define y solidifica la nueva frontera del campus, conduciendo a una de las vías icónicas. Bogotáal tiempo que se adapta el programa de laboratorio de formación. Para garantizar espacios interiores de alta calidad, la luz natural y la ventilación se optimizan mediante el uso de dos patios “ingleses”, formando un jardín longitudinal que recorre todo el interior del edificio.



En cuanto a la torre, se organiza mediante cuatro grandes núcleos de hormigón y un sistema de cerchas vierendeel perimetrales, que maximiza la superficie útil y aumenta enormemente la flexibilidad de diseño. El sistema ayuda a preparar el edificio para el futuro para adaptarse a las necesidades cambiantes de los laboratorios profesionales. Las cuatro fachadas se recubren con parasoles metálicos con microperforaciones de diferente densidad que mitigan la luz solar en función de la dirección de cada cara a la vez que aportan una imagen uniforme al edificio.



Finalmente, un gran espacio público en la cubierta peatonal escalonada conecta diferentes áreas del campus con amplias zonas exteriores de permanencia y reunión. Esta estrategia permitió utilizar menos del 30% del área ocupada, cumpliendo con los requisitos funcionales del proyecto y a su vez promoviendo el concepto. Un campus verde que promueve el bienestar universitario.
