Centro Comunitario Quincho Bernarda / Estudio MACAA (Misión de Arquitectura, Construcción y Arte en los Andes)


El Quincho es el núcleo común de KUSKA, un conjunto de edificaciones habitables integradas al paisaje andino, ubicado entre los Parques Arqueológicos de Písac y Uchuy Qosqo en los Andes sudamericanos.


A diferencia del resto de bloques del complejo (Home y Dormis), La pieza concentra su espacialidad en el interior y se presenta como un espacio colectivo de uso compartido por residentes y visitantes. El nombre proviene de la tradición argentina del “quincho” como espacio doméstico para reuniones sociales en torno a la comida y la bebida, aquí reinterpretado como un edificio de reuniones.

Como otros edificios, Adobe no esconde: expone Como cuerpo, textura y sistema de soporte. Las técnicas tradicionales de los muros de carga se combinan con la espacialidad contemporánea, aprovechando al máximo la calidad de los materiales, Crea una atmósfera fuerte y cálida.


El uso de arcos como solución estructural evita dinteles, optimiza las propiedades sísmicas del adobe y permite incorporar nichos en los muros, solucionando problemas de almacenamiento de manera integrada. Los muros curvos trascienden su valor plástico, acompañando la circulación y definiendo el carácter envolvente del espacio.

respuesta de organización espacial Una configuración sencilla: un volumen principal con cubierta de tejas a dos aguas. La sección cumbrera se apoya en un muro de adobe y dos columnas de eucalipto, desplazando el eje estructural del techo respecto al centro de la sala, creando una asimetría que, junto con la pendiente del terreno, refuerza la jerarquía interna sin necesidad de tabiques.



El proyecto combina tres zonas principales: la nave central, la cocina y dos terrazas. El salón reúne una zona de estar, una mesa común, una barra conectada a la cocina a través de una trampilla y una puerta de servicio (ambas diseñadas con aberturas curvas) y un pequeño escenario en el nivel inferior. Entre la sala y el escenario, Los escalones de piedra sirven como tribunas informales, creando espacios flexibles para eventos culturales y comunitarios.



Las terrazas amplían la experiencia interior al paisaje circundante. El noreste está cubierto y ubicado entre la cocina y el salón, recibiendo luz de la mañana. La parte noroeste está semicubierta y conectada a la ladera y es el mirador para observar el Apu Sahuasiray. La fachada oeste presenta vidrieras de colores que filtran los últimos rayos de sol, tiñendo el interior con tonos cálidos y complementando la acumulación de calor de las paredes.


por fin, Quincho propone una reinterpretación liberal del tipo catedralicio, despojándola de sus dimensiones religiosas para restaurar su potencial como estructura comunitaria. El salón sirve como una nave abierta y acogedora donde la arquitectura y la cultura se cruzan en la vida diaria. En este sentido, el escenario ocupa la posición simbólica del altar: el foco de la organización espacial. El muro curvo que lo rodea no sólo coincide con su geometría sino que también actúa como un acabado espacial, enfatizando la sensación de inclusión y cerramiento del complejo.
