Casa Residencia Saint-Ferréol / Jérôme Lapierre Arquitecto


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. La segunda residencia, ubicada en Saint-Féréal, Quebec, es un refugio de la vida cotidiana, un escape para vivir en el ritmo tranquilo del bosque. El edificio existente lleva la huella de un estilo arquitectónico inspirado en los chalets austriacos: volúmenes altos y compactos, zócalos ligeros, amplios techos voladizos y madera resistente. Estas cualidades resaltadas y cuidadosamente reveladas guiaron la integración y el diseño de la ampliación.

Ubicado entre el musgo y los abetos del sitio, el nuevo edificio proporciona un segundo aliento a la residencia existente al tiempo que agrega atractivo exterior. Continúa el lenguaje del edificio original, introduciendo una serie de referencias sutiles: un volumen elevado asentado sobre un pedestal mínimo, una reinterpretación del voladizo del techo y una celebración de la materialidad contextual de la madera. A pesar de esta relación, el complemento mantiene su autonomía a través de una postura deliberadamente minimalista. Se asienta sobre una losa estructural, lo que reduce la huella para proteger los árboles centenarios y la integridad visual del sitio. Los volúmenes se deslizan entre los troncos de los árboles con una precisión cuidadosamente diseñada, preservando los abetos recientes cuyos extremos rozan la línea del techo del proyecto.


Un puente elevado lleno de luz separa sutilmente la extensión del edificio principal, realzando la sensación del pabellón suspendido en la copa de los árboles del norte. Internamente, se despliega una envolvente totalmente acristalada entre estructuras expuestas y pisos de terracota, profundizando la conexión con el bosque. La sala cambia con las estaciones: completamente abierta en verano, se convierte en un espacio cerrado que respira el viento y los árboles. En invierno, se cierra y se condensa en un cálido capullo, que recuerda a un santuario forestal enclavado entre coníferas cubiertas de nieve.


Las paredes de vidrio crean un efecto reflectante que dialoga con la vegetación circundante, dando la impresión de que las ramas de los árboles se extienden directamente hacia el espacio. La inserción en el bosque es tan estrecha que crea una significativa sensación de proximidad, con algunas ramas que parecen lo suficientemente cercanas como para ser tocadas desde adentro, aumentando la sensación de inmersión.


La estructura expuesta marca el ritmo del espacio e introduce una expresión tectónica que es a la vez simple y constructivamente clara. Se separa de la envolvente de vidrio, creando una sutil separación que refuerza la idea de un lugar ligeramente suspendido entre árboles, a la vez que anclado en el bosque y apartado mediante un gesto arquitectónico deliberado. El resultado es un espacio ligero, íntimo e inmersivo, un lugar en sintonía con los estados de ánimo siempre cambiantes del bosque y las personas que lo habitan.

Arquitectura Residencial