Bodega La Quinta de Adorigo/Atelier Sergio Rebelo


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. La bodega Quinta de Adorigo, cuya finalización está prevista para 2024, forma parte del emprendimiento enoturístico de la familia, que también incluye un hotel que aún está en construcción. La finca está situada en Alto Douro Vinhateiro, la región vinícola más prestigiosa de Portugal y ha sido designada Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 2001. El entorno natural de excepcional belleza, la antigua ocupación humana y la tradición centenaria de producción de vino inspiraron un proyecto arquitectónico que respeta el paisaje y la cultura local, presentando estrategias de construcción innovadoras y una sostenibilidad eficaz.

La forma horizontal y curvilínea de la bodega, así como los recorridos entre sus zonas, recuerdan a los sinuosos viñedos de las montañas y valles circundantes. Sin embargo, se evitan las referencias literales al paisaje, priorizando la vida cotidiana, la circulación y la comunicación interna. En cambio, el descenso del edificio a lo largo de la pendiente del terreno refleja su mecánica interna: el proceso de elaboración del vino se lleva a cabo por gravedad, un procedimiento común a lo largo del río Duero. Este sistema de gravedad es característico de la zona y es evidente y plenamente funcional aquí hoy. La configuración del edificio, por tanto, consta de un conjunto de naves entrelazadas que acompañan la pendiente del terreno existente y se replican en las diferentes plantas internas.


La geometría de la cubierta de la bodega reinterpreta la tradicional cubierta de madera a dos aguas. Esta estructura se asume y demuestra en la bodega, transformada en un elemento escultórico sinuoso, continuo y orgánico que sigue las curvas tangenciales de las laderas del viñedo.


Los materiales de la bodega replican tonos naturales de marrón rosado, verde y gris, resaltando las habilidades tradicionales y la artesanía actualizada a través de la tecnología moderna. Se utilizaron esquisto y granito para los elementos exteriores, mientras que en el interior se utilizaron muros de contención de hormigón visibles. La estructura del almacén está construida con marcos de madera laminada y paneles de CLT (madera contralaminada), revestidos con paneles prefabricados de GRC (hormigón reforzado con fibra de vidrio), producidos en el norte, a menos de 150 kilómetros del almacén. Esta proximidad beneficia a la industria y las comunidades locales y al mismo tiempo refleja prácticas sostenibles al reducir la necesidad de transportar materiales a largas distancias. Los elementos de construcción prefabricados también minimizan la construcción en el sitio y reducen la circulación dentro del edificio. El uso de estructuras de madera en zonas donde el edificio no toca el suelo reduce el uso de encofrados de hormigón y reduce en un 40% las emisiones de CO2 producidas por la construcción pura de hormigón.

Bajo la influencia del clima, todos estos materiales van adquiriendo bellos matices de tono y textura, integrando armoniosamente la bodega en el entorno natural y permitiendo que el edificio mejore continuamente su calidad con el tiempo, como un buen vino de Oporto. El edificio promueve la conexión con la naturaleza a través del marco del paisaje interior, mientras que los senderos, rincones y terrazas exteriores invitan a la introspección, la contemplación, la meditación, el caminar y la convivencia.


En la optimización energética de la bodega, las soluciones implementadas combinan la conservación del espacio con la producción de energía, priorizando sistemas de bajo consumo que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. La estrategia energética aprovecha el potencial del edificio para mantener condiciones pasivas en la zona de crianza del vino, manteniendo temperaturas entre 14 y 16 °C, mientras que las amplitudes térmicas externas oscilan entre -5 °C en invierno y 45 °C en verano. Para conseguirlo, el edificio se posiciona de manera que su entorno sur esté en contacto con la tierra, aprovechando su inercia térmica, y la fachada principal orientada al norte, reduciendo la exposición solar incluso en verano.


Se implementaron y gestionaron soluciones de producción de energía local a través de un sistema central que optimizó el consumo y permitió un control y seguimiento más preciso de las operaciones energéticas. El edificio parcialmente enterrado aprovecha la estabilidad térmica del suelo, mientras que un sistema geotérmico de baja entalpía genera, recupera y almacena energía eléctrica. Si bien el costo inicial de este esquema energético es alto, se amortizará en el corto plazo debido a su alto potencial renovable, bajos costos de mantenimiento y niveles ideales de agua y calor que garantizan el confort de la industria vitivinícola y de las personas.

Esta combinación de sistemas pasivos y activos reduce significativamente los requisitos térmicos y el consumo energético de los sistemas mecánicos instalados. Para las bodegas sin infraestructura pública de agua, se implementaron soluciones para aprovechar el agua de lluvia, obtener agua potable a través de pozos artesianos y tratar y reciclar agua para riego, limpieza y extinción de incendios. Para evitar desperdicios, los senderos, caminos y pasillos exteriores del parque son permeables, desviando las aguas pluviales hacia actividades agrícolas. El diseño del paisaje incorpora especies nativas que agregan color y fragancia al ambiente, sirven como hábitat para animales beneficiosos para el viñedo y apoyan actividades que complementan la producción de vino.

La fachada principal de la bodega es la entrada al centro de visitantes, que alberga la recepción y tienda de vinos. Desde aquí se ingresa a una sala de reuniones y un área de degustación con paredes de vidrio, ubicadas en una gran galería con vistas al almacén central de crianza de vinos, así como a los viñedos y al río. Estas habitaciones tienen acceso exterior a través de una gran terraza con vistas al río Duero, que conduce a los viñedos y la iglesia. En este espacio se organizan diversos eventos para promocionar la bodega y la región, fomentar la convivencia, la valoración del paisaje y la arquitectura, y promocionar el afamado enoturismo.
