Villa Lago / Fran Silvestre Arquitectos


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. Se propone una arquitectura que se entrelaza con el jardín, maximizando el contacto con el paisaje y diluyendo los límites entre arquitectura y naturaleza. En este enclave de Madrid, esta relación con el medio ambiente tiene un valor único. Para lograrlo, abandonamos deliberadamente los volúmenes compactos y adoptamos una disposición ascendente, que recuerda a algunas de las obras de Alfaro. El proyecto aspira a resolver una dicotomía: ser a la vez geométrico y orgánico. A pesar de su precisa estructura, los vecinos la ven como algo natural, casi como si estuviera colocada al azar en el lugar.


El proyecto combina dos arquetipos ancestrales: el pabellón, entendido como un espacio abierto y centrífugo; y la terraza, concebida como una zona más recogida y descubierta. En los trabajos de Glenn Murcutt y Stéphane Beel, entre otros, nos ha fascinado la relación de algunos proyectos de plantas alargadas con el exterior. Los componentes están configurados como elementos longitudinales y pasantes, obtenidos mediante grandes radios. La yuxtaposición de estas instituciones optimiza la circulación. De esta relación surgieron cinco jardines con carácter propio -patios casi abiertos- definidos por el trazado arquitectónico. Cada uno proporciona una atmósfera específica y añade relaciones visuales para que el exterior siempre tenga una presencia activa en la experiencia general. Son espacios preparados para acoger a las especies de mayor tamaño que van llegando con el tiempo.



El programa está organizado según esta lógica ascendente. La piscina y las habitaciones se encuentran en el nivel inferior; arriba están las zonas de día, frente al cercano lago; en el piso más alto, las habitaciones de noche se disponen en una sala que actúa como puente y forma una gran terraza sombreada debajo de ella. Donde se encuentran las diferentes partes es el núcleo de comunicación, que aclara la jerarquía y fortalece la continuidad entre el edificio y el paisaje.


En definitiva, este proyecto nació de algo antiguo e importante en la arquitectura: la proporción. Ajustando cuidadosamente el ancho de los elementos, se puede lograr la relación espacial deseada. Ni más ni menos.
