Casa Quinchuyaku/Emilio López Arquitecto


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. Casa Quinchuyaku está ubicada en una de las vertientes orientales del Ilaro (un volcán extinto), a 15 kilómetros de Quito y a 2.600 metros sobre el nivel del mar. El hábitat es seco y parte de un clima templado y está diseñado para reemplazar gradualmente el bosque de eucaliptos existente con flora y fauna nativa.

La arquitectura se considera parte del paisaje y de su geografía. Una envolvente de doble apertura actúa como mediadora en el paisaje, con dos embudos convergiendo en un lado de la misma. Los dos lados abiertos del sobre miran al este y al oeste, mirando al bosque. Las aberturas dobles permiten la ventilación cruzada y crean una conexión importante con el sitio sin necesidad de un sistema de aire acondicionado.

El edificio está hecho en un 50% de materiales reciclados: algunos de los muebles (escaleras y mostradores), las vigas y columnas de la estructura y todas las puertas y ventanas provienen de una antigua casa remodelada en el centro de Quito.

Desde el inicio de la obra hubo una serie de mingas, o procesos participativos de construcción y prueba del diseño, tomando decisiones sobre la marcha que transformaron el proyecto inicial. Aquí participaron trabajadores de la construcción locales y amigos cercanos, creando una atmósfera de aprendizaje e intercambio.

Toda el agua consumida se “recoge” en la cubierta existente y se almacena en un tanque cercano. Esta situación obligó a que la cubierta/carcasa no coincidiera con los guiones de fachada (como se pretendía originalmente en el proyecto). Esto hace que sea más fácil encontrar la ponchera que recoge el agua. Además, estos “protuberancias” en las dos fachadas laterales permiten la colocación de baterías de almacenamiento de energía proporcionadas por placas solares. Estos paneles solares están ubicados en la misma vivienda y proporcionan el 100% de la electricidad.

Las laderas de Ilaro están sujetas a intensos procesos de erosión, que se han incrementado en los últimos años. Por tanto, la regeneración del suelo es una parte importante del esfuerzo. Las aguas grises de baños y cocinas se utilizan para regar los árboles en crecimiento, y un sistema de terrazas se alterna con zanjas de infiltración de agua de lluvia para mejorar las condiciones del suelo de la zona.

La casa tiene un baño seco, un sistema donde los desechos humanos van a un contenedor de abono, que descompone el material para crear fertilizante para las plantas y árboles que se cultivan. Hay otro contenedor de abono para residuos orgánicos de cocina.
