Dos Casas de Vidrà / Taller de Arquitectura Sau


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. El terreno está situado en la calle de la Font, con un terreno complejo y un eje norte-sur desnivelado de más de cuatro metros. El camino de la fachada sur, con una pendiente superior al 20%, rodea la casa hasta llegar a un espacio diáfano en gran medida llano en el lado norte, creando un espacio muy agradable en verano. Por otro lado, la parcela está muy bien orientada con luz solar durante todo el día y vistas al paisaje circundante. La sierra de Bisaura, el pueblo y especialmente la iglesia con su campanario.

Se trata de un proyecto desarrollado por Carpintería Vivet de Vidrà, propietario del solar. Los principales objetivos del proyecto son, por un lado, lograr un bajo impacto ambiental y una alta eficiencia energética, por otro, proporcionar un producto de alta calidad a un coste competitivo y, finalmente, proponer una arquitectura que se integre en el paisaje.



Para lograr estos tres objetivos, las recomendaciones son:
Utilice materiales neutros expuestos para aprovechar al máximo las propiedades de cada material y reducir el impacto ambiental durante la construcción. Por ello, se proyectó una gran base de hormigón, solucionando los desniveles de la parcela. Todo el proyecto utiliza la construcción en seco, a partir de una estructura de madera laminada, con tableros tricapa de abeto para los acabados interiores, aislamientos de fibra de madera y paneles compuestos de madera-cemento para las fachadas ventiladas. Adicionalmente, nos comprometimos a minimizar las aperturas y colocar estratégicamente las aperturas necesarias para lograr una buena radiación solar. De esta forma, el edificio tiene un muy buen rendimiento porque casi no existen puentes térmicos, minimizando así el consumo durante toda su vida útil.




En segundo lugar, se ha priorizado la estandarización y el modelado BIM. La organización de todo el espacio se hace eco del módulo 1,25 de los paneles. De esta manera se evita el desperdicio de material, se reducen significativamente los costes y prácticamente no se producen residuos durante el proceso de construcción. Los planos de planta, por otra parte, son ejercicios de eficiencia programática. Se construyó la menor superficie posible sin sacrificar la calidad del espacio. No queda espacio de paso sin uso y toda la planta se organiza en torno a un núcleo húmedo que alberga el baño, la cocina y todos los servicios (agua caliente sanitaria, calefacción, electricidad, desagüe…). De esta forma encontramos un espacio central con un alto contenido técnico, liberando a la fachada de sus compromisos técnicos de forma aislada.

Finalmente, las estrategias formales y la materialidad son resultado de una interpretación del paisaje de Bisaura. La madera, los azulejos y los paneles compuestos de la fachada no sólo evocan el paisaje y su materialidad, sino que el volumen en sí también llama la atención con sus pequeñas aberturas verticales y el gran agujero en la fachada sur. Obras casi abstractas que se mimetizan con el paisaje y cuya potencia volumétrica destaca, como los grandes caseríos del siglo XIX, son la firma de Videla.

En resumen, el proyecto trasciende las exigencias ambientales y los costes de implementación para dar una respuesta eficaz a las necesidades básicas de la vida: un pequeño santuario que no renuncia a la capacidad emocional de la arquitectura.
