Music Hall / Lorenz Bachmann + Atelier Void



Descripción textual proporcionada por el arquitecto. Una pianista nos pide que imaginemos un espacio enteramente dedicado a la música, donde pueda practicar y enseñar: un espacio tranquilo y mágico que forma parte de su hermoso jardín en la localidad suiza de Winterthur. El pabellón de música de una sola planta se levanta sobre un sencillo pedestal de hormigón. Las paredes y el techo inclinado están construidos con paneles de madera contralaminada de 12 cm de espesor, casi como modelos de cartón. Los techos empinados a dos aguas se ubican en cada extremo de las paredes y flotan a lo largo de los aleros para abrir completamente la habitación al jardín.


Todo el edificio está revestido con una capa continua de gruesos paneles de fibra de cemento que brillan en 21 tonos diferentes de azul. La fachada de tejas se desarrolló en colaboración con el estudio de arquitectura SVNM y se instaló con el apoyo de nuestros muchos amigos.

El nivel de las habitaciones de servicio alberga la entrada, los aseos y los trasteros, ocultos dentro del espesor de la fachada a dos aguas que da al patio. Esto permite utilizar el pabellón de música independientemente del edificio residencial. En esta capa intermedia quedan expuestos los materiales de la carcasa: la base de hormigón y la madera de pino fresca de los tablones contralaminados se hacen visibles.

Desde la entrada, un pequeño escalón conduce a la sala de música, de diseño sencillo y completamente abierta al jardín por ambos lados longitudinales. Las superficies blancas de madera y tela reflejan la luz verde y azul circundante. El alto techo a dos aguas proporciona un amplio volumen para que el sonido se desarrolle y aún brinda a los músicos una sensación de refugio, ya que se extiende a lo largo de los aleros hasta casi el nivel de los ojos.

Las paredes y el techo del pabellón de música están hechos de tela acústicamente transparente, que debe su excelente acústica a su capa acústica cubierta con elementos absorbentes y reflectantes.


Construir un espacio musical es una de las tareas más bellas, porque el sonido es el aliado de nuestro arquitecto: requiere mucho aire para expandirse y es sensible a las superficies del espacio. Para compartir esta experiencia con otros, el pianista inició una pequeña serie de conciertos llamada «Pavillon Bleu».
