De la fábrica de jabón de Bolhão a los hoteles boutique de Oporto
Si bien no es raro que los edificios sean completamente renovados durante la restauración, los edificios en Portugal tienden a conservar la mayor cantidad posible de la estructura original. Al revisar los proyectos de renovación en este país costero, es probable que vea restos del pasado del edificio. Esto se debe al hecho de que las propiedades ubicadas dentro de áreas de restauración urbana designadas están diseñadas para fomentar la conservación y la restauración en lugar de la nueva construcción. En el caso de oleres un nuevo hotel boutique ubicado en el barrio de la Avenida dos Aliados de Oporto, en un edificio que alguna vez albergó la fábrica de jabón Bolhão.
El hotel cuenta con 28 amplios apartamentos, cada uno diseñado pensando en la comodidad y el confort. Saboaria combina las comodidades del hogar para crear una sensación de calma y bienestar. El proyecto es ejecutado por una empresa local. arquitectura de red neuronal y nanodiseño,al lado de Estudio Eduardo Ellis, recrea el ambiente sensorial y orgánico de la antigua fábrica de jabón. Los fundadores del hotel, Uri Maeir, Hillel Gassenbauer y Amir Madeson, se sintieron atraídos por el valor histórico de estos dos edificios ruinosos del siglo XVII. Después de visitar más de cien propiedades en Oporto, se inspiraron en el carácter industrial y la historia del lugar.
En palabras de Miguel Nogueira de NN Arquitetura: «Teniendo en cuenta que todo lo que existe está en ruinas, en realidad se construyó desde cero. El edificio ya tenía un tercer piso a nivel de calle, por lo que aprovechamos este hecho ampliándolo por todo el El resto de la narrativa descansa en los materiales que sobrevivieron al sitio: el hierro fundido de las puertas que dio lugar a nuevas réplicas de los mosaicos hidráulicos en blanco y negro de los baños de algunos departamentos y el hall de entrada inspirados en uno de los pisos originales. , “el color de la madera es un verde claro, influenciado por la carpintería antigua. «
El resultado es un ambiente lleno de colores y texturas tranquilos, con muebles portugueses hechos a medida complementados con piezas eclécticas procedentes de tiendas vintage y vintage de lugares tan lejanos como India, Bali y Tailandia. En las áreas comunes, los diseñadores resaltaron un llamativo gabinete para comestibles de 23 pies de ancho, cuidadosamente diseñado para complementar el acogedor salón adyacente al mostrador de recepción. Esta elección de diseño pretende evocar la esencia de la antigua fábrica, con una variedad de vitrinas de madera que recuerdan a un laboratorio.
fotografía: Alejandro Delma.













