(sala de frijoles)/Waterfrom Architecture Daily |


Descripción textual proporcionada por el arquitecto. El sitio está apartado a 4 metros de la calle, con un baniano de 6 metros de alto y 3 metros de ancho al frente, bloqueando la vista de la tienda. Por lo tanto, los clientes preguntan cómo «abrir» el espacio para atraer consumidores a la tienda. Además, buscan desarrollar modelos de negocio sostenibles y rentables utilizando recursos limitados.

Por eso, en nuestra estrategia de diseño, utilizamos materiales de embalaje inherentes al proceso de consumo para estructurar el espacio. Los materiales de embalaje están codificados por colores para distinguir los distintos sabores de los granos de café. Se crean capas de color dinámicas y en constante cambio en la fachada a medida que los consumidores toman decisiones basadas en sus preferencias personales. Este método puede reducir la fatiga estética causada por el diseño fijo y minimizar el desperdicio de decoración causado por las tendencias del mercado y el declive del tema.


En este espacio elegimos bisagras estandarizadas por su versatilidad. Estas bisagras se pueden voltear para servir como soporte de exhibición, brindando a la marca la flexibilidad de ampliar la cantidad y el tamaño de productos en el futuro. Incluso cuando expire el contrato de arrendamiento, las bisagras se pueden reciclar y reutilizar.


En general, el sistema de visualización del espacio está diseñado para ser flexible y visualmente discreto. Queremos que su presencia esté al servicio del producto, haciendo que el producto y el comportamiento del usuario sean el foco central del espacio.

Al presentar la apariencia del mostrador, incorporamos una textura inspirada en las arrugas y pliegues de las bolsas de arpillera utilizadas para transportar los granos de café verdes, tejiendo así una narrativa oculta en el diseño. El patrón de tejido de cada bolsa de arpillera cambia con el origen y origen de los granos de café, rastreando a través del tacto la condición de los granos en su entorno y cómo esto afecta el sabor. Estas pistas sutiles naturalmente crean conciencia sobre el concepto de «rastreo» en el proceso de probar los granos, acumulándolo como un elemento fundamental. ¿Puede la sostenibilidad también tomar forma de una forma tan amable y en ciernes, que permita a la gente sentir su valor, en lugar de simplemente presentar una respuesta superficial a través de un collage de materiales respetuosos con el medio ambiente en el espacio?


Ya sea la apertura de la circulación, la resonancia sensorial de los sabores del café tostado y los sonidos ambientales, o interpretaciones más abstractas de cuestiones técnicas, estéticas o de sostenibilidad, el espacio y (la sala de granos) en sí responden sin proporcionar una respuesta explícita. No existen momentos perfectos, sólo el deseo de experimentar un flujo más amplio y duradero.
