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Este tejido solar convierte los edificios en gigantescos colectores de energía

Imagine un mundo donde los edificios no sólo están ahí y consumen energía, sino que en realidad generan energía a través de su estructura. Eso es exactamente lo que la diseñadora holandesa Pauline van Dongen ha creado con su impresionante Pabellón Umbra, que, sinceramente, podría cambiar para siempre la forma en que pensamos sobre la arquitectura.

La instalación presenta un dosel azul cielo con forma de cometa hecho de Heliotex, un material tejido a partir de hilo de poliéster reciclado con 150 células solares fotovoltaicas orgánicas. Piense en ello como envolver un edificio en una piel inteligente que genera energía y que es a la vez funcional y hermosa. La sala de exposiciones tiene una superficie de 40 metros cuadrados y una altura de casi 10 metros. Tiene 147 módulos solares incorporados y una capacidad de almacenamiento de energía de 3.000 vatios.

Diseñador: Pauline van Dongen

Lo que hace que esto sea particularmente genial es cómo Van Dongen reconsidera dónde colocamos los paneles solares. En lugar de esos paneles rígidos y voluminosos que vemos en los tejados, Heliotex teje células solares orgánicas directamente en la tela, lo que permite que el material tenga una forma flexible y un color, patrón y densidad variables. Básicamente es la diferencia entre tener una funda voluminosa en su teléfono y tener protección integrada perfectamente en el dispositivo.

La diseñadora ha estado trabajando en esta tecnología textil solar durante años, primero desarrollándola para su uso en moda portátil, como su camisa alimentada por energía solar que puede cargar su teléfono. Ahora ha tomado la misma innovación y la ha ampliado a proporciones arquitectónicas. Su estudio ha trabajado con Tentech durante los últimos cuatro años para desarrollar los textiles solares, que ahora se utilizan por primera vez a escala arquitectónica. Desde un punto de vista práctico, aquí es donde se vuelve realmente interesante. Van Dongen sugiere que los edificios no climáticamente neutros podrían equiparse con una segunda piel, que podría ser una malla translúcida si estuviera hecha de textiles para que aún se pudiera ver por la ventana sin problemas. Es como darle a un edificio antiguo una renovación sostenible sin pasar por la pesadilla de la demolición y reconstrucción.

Las especificaciones de rendimiento también son dignas de mención. Actualmente, los paneles tejidos pueden producir 53 vatios de energía por metro cuadrado, aproximadamente una quinta parte de los paneles solares de silicio tradicionales. Antes de que piense que esto es insulso, van Dongen tiene una respuesta inteligente. Explicó que están aplicando los textiles en lugares donde de todos modos no se usarían paneles solares convencionales, por lo que no están compitiendo con ellos. Y la eficiencia ya está mejorando. Investigadores de una universidad danesa han duplicado el rendimiento por metro cuadrado en las pruebas. Eso es lo que pasa con la tecnología emergente: sólo va a mejorar.

El material en sí está diseñado para uso práctico en el mundo real. Heliotex está diseñado para resistir la intemperie y la radiación UV, además de ser retardante de llama, y ​​van Dongen evitó específicamente el uso de PVC tóxico en el proceso de recubrimiento. Entonces, desde materiales reciclados hasta acabados no tóxicos, es sustentable en múltiples niveles.

Presentado en la Semana del Diseño Holandés en Eindhoven, el Pabellón Umbra es más que una simple prueba de concepto en un laboratorio. Durante el día, proporciona sombra fresca y un lugar para hacer una pausa y reflexionar, mientras sus células solares tejidas recogen energía solar, luego, cuando cae la noche, la energía almacenada regresa, bañando el pabellón con luz atmosférica. Este es un arte funcional que realmente funciona. Van Dongen espera que la tecnología se extienda mucho más allá de los límites del pabellón. Los textiles técnicos son adecuados para su uso en espacios públicos, fachadas de edificios y como lonas y estructuras de sombra para marquesinas o carpas de festivales. Piénselo: cada carpa de festival, cada marquesina de mercado al aire libre, cada fachada de edificio puede generar energía limpia mientras realiza el trabajo habitual de proporcionar sombra o protección contra la intemperie.

Lo particularmente interesante de este proyecto es cómo hace que la energía renovable sea visible y accesible. En lugar de ocultar la tecnología solar en nuestros tejados olvidados, el pabellón nos da una idea de un futuro en el que la energía solar se integra en la vida cotidiana, haciéndola tangible, compartida y disponible para todos. Este es un futuro por el que vale la pena entusiasmarse.

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