Casa Negra / ArquitectónicoA Cecilia Yarmuch + Alejandro Aguilera


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. El reto del proyecto era diseñar «…un estudio desde el que no se ve la casa, y una casa desde la que no se ve el estudio». La casa está inmersa en un entorno rural, con una parcela de terreno situada entre hayas. El diseño fue concebido sin tocar ningún árbol.

Un puente de acceso a la calle enfatiza la jerarquía espacial; Las rampas se elevan desde el estacionamiento y conducen a las escaleras que conducen al jardín y al estudio. Estos pasajes confluyen en un porche que actúa como divisoria-terraza y separa los espacios públicos de los privados: un límite transparente que conforma el bosque. La casa está «elevada» para permitir que crezcan las raíces de los árboles y permitir el paso de la vida silvestre; para permitir que el agua de lluvia fluya y para evitar el contacto con el suelo húmedo. La ventilación cruzada deshumidifica así el ambiente para mantener el confort y la salud en todo momento.



Por el contrario, el estudio está «enterrado» e integrado con el jardín cubierto de verde, creando una vista invisible desde la casa. En el estudio, paredes dobles sostienen la escalera y protegen a los ocupantes de los fríos vientos invernales, con un «efecto cueva» que trabaja con la masa térmica para mantener una temperatura estable en el interior. Esta separación intencional entre el hogar y el trabajo permite lo mejor de ambos mundos: máxima privacidad y espacio para la productividad. Los espacios de transición también sirven como vínculo entre un área y otra, al tiempo que mejoran las vistas del vibrante paisaje natural. Así se vive más y mejor.

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