Este detector portátil podría cambiar la forma en que buscamos patógenos

¿Recuerda cuando las pruebas de COVID-19 parecían un bien escaso con tiempos de espera de horas? ¿Qué pasaría si los médicos pudieran detectar no solo la COVID-19 sino también el cólera y una variedad de otros patógenos en minutos con un dispositivo lo suficientemente pequeño como para caber en su mano? Eso es exactamente lo que la startup de Boston OmniVis quiere crear, y contrataron al diseñador industrial Vuk Dragovic para hacerlo realidad.
El resultado es un elegante detector de patógenos portátil que parece más un dispositivo de próxima generación que un dispositivo médico. ¿Honestamente? Ese es el punto. Esto no es algo que se queda acumulando polvo en un laboratorio prístino. Está diseñado para el mundo real: clínicas abarrotadas, pueblos remotos, sitios de prueba emergentes y cualquier lugar donde necesite un diagnóstico rápido y confiable.
Diseñador: Vuk Dragovich


Lo primero que llama la atención es lo sencillo que es todo. En el mundo actual donde los dispositivos tecnológicos tienden a agregar funciones hasta quedar inutilizables sin un manual, el Detector OmniVis hace lo contrario. Comience a probar con un clic. Los resultados se muestran en una pantalla clara y fácil de leer. Eso es todo. No hay menús confusos ni procesos de varios pasos que puedan estropear cuando estás cansado o estresado.

Dragovich trabaja en estrecha colaboración con el equipo de ingeniería y dirige la investigación de usuarios para comprender exactamente lo que necesitan los médicos. El dispositivo es compacto y pequeño, y resulta cómodo sostenerlo vertical u horizontalmente. Esta flexibilidad es más importante de lo que piensas. En espacios reducidos o entornos médicos improvisados, la capacidad de ajustar el agarre y la orientación sin tener que manipular el dispositivo puede marcar la diferencia entre un funcionamiento fluido y retrasos frustrantes.


El formulario en sí es limpio y decidido. Echando un vistazo a los renders de diseño, verás que este dispositivo claramente ha sido refinado hasta sus características esenciales. Tiene una geometría satisfactoria que muestra que cada curva y ángulo tiene una función. La paleta de colores blanco y gris mantiene el aspecto profesional, pero no clínico de esa manera intimidante. La pantalla está ubicada de manera destacada en la parte superior, es lo suficientemente grande como para verse de un vistazo y los elementos de la interfaz están organizados para que no tenga que buscar información.


Uno de los detalles más reflexivos es cómo el dispositivo maneja diferentes escenarios de uso. La funcionalidad bidireccional significa que los médicos que trabajan en un escritorio improvisado pueden usarlo horizontalmente, mientras que las personas que se mueven entre pacientes pueden sostenerlo verticalmente como un teléfono móvil. Este tipo de detalle es obvio una vez que lo ves, pero requiere una comprensión real de cómo trabaja la gente en el campo. Los desafíos de ingeniería detrás de algo como esto son enormes. Se incluye una sofisticada tecnología de detección de patógenos en un paquete que es lo suficientemente pequeño como para ser portátil pero lo suficientemente resistente como para sobrevivir si lo arrojan a un maletín médico y lo usan en condiciones menos que ideales. El diseño tenía que adaptarse a todas estas tecnologías y al mismo tiempo mantener una apariencia simple y una experiencia de usuario fluida.


Lo que hace que el proyecto sea particularmente relevante ahora es cómo la pandemia ha cambiado nuestra comprensión de las pruebas de diagnóstico. Todos somos más conscientes de lo importante que son las pruebas rápidas y convenientes para controlar la propagación de enfermedades. El detector OmniVis amplía esta capacidad a múltiples patógenos más allá del COVID-19, lo que podría ser transformador para las respuestas de salud pública y las comunidades sin acceso a instalaciones de laboratorio tradicionales.


Hay algo convincente en el diseño: elimina la complejidad y revela exactamente lo que se necesita y nada más. En una época en la que nos ahogamos en funciones exageradas y campanas y silbidos innecesarios, una herramienta que hace una cosa excepcionalmente bien parece casi radical. El detector de patógenos OmniVis es una rara combinación de tecnologías complejas con una interfaz tan intuitiva que casi desaparece.

Para los médicos que trabajan en condiciones difíciles, es fundamental contar con herramientas confiables que no aumenten la carga cognitiva. El dispositivo ofrece resultados sin prestar atención al paciente. Mirando el panorama más amplio, hacer que las pruebas de patógenos sean cada vez más fáciles de implementar puede ayudar a detectar brotes antes y salvar vidas en las comunidades que más lo necesitan. Eso es lo que es un buen diseño: invisible cuando es necesario, sin esfuerzo cuando se usa y funcional cuando más importa.
