Señales de peligro en la industria de la construcción.
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Es cierto. Durante la última década, la industria de la construcción ha enfrentado muchas críticas por su cultura y sus sistemas insalubres. Lo que alguna vez se consideró una carrera satisfactoria y creativa que requería rigor intelectual, comunicación crítica y dominio visual ahora camina sobre vidrios rotos, frágil bajo el peso de sus propias contradicciones y problemas largamente descuidados.
Los arquitectos están intentando descifrar el código. ¿Por qué nuestros trabajos siempre están mal pagados y subvaluados? ¿Se ha convertido nuestra profesión en un servicio de puro lujo porque no hay otro lugar para nosotros en la industria de la construcción? ¿Es culpa de la tecnología que estemos siendo eliminados progresivamente? Sin embargo, como en cualquier proceso terapéutico honesto, el primer paso es mirar hacia adentro (reflexionar y comprender nuestros patrones inherentes de comportamiento) porque sólo entonces podremos reconocer que los problemas que enfrentamos son profundamente sistémicos.
Hay muchos artículos increíbles que intentan desentrañar estas preguntas; un ejemplo destacado es Serie de tres partes de Evelyn Lee sobre cultura arquitectónica. Francamente, este artículo no trata de presentar una revelación innovadora; En cambio, vuelve a contar esas mismas conversaciones porque la repetición en sí misma es significativa. El hecho de que sigamos revisando los mismos temas muestra cuán arraigadas están estas prácticas en la industria y cuán urgentemente debemos abordarlas.
Sé que esta publicación puede parecer cínica, lo cual no es mi tono habitual. Sin embargo, es importante reconocer estas señales de alerta y ofrecer una crítica mordaz de la cultura actual de la industria, no para abandonar el campo, sino para ayudar a mejorarlo. Este artículo llama a la reflexión.
1. «Descuento de pasión»
Imagen generada por Architizer vía Midjourney
«Hazlo porque te encanta». Aunque a primera vista parezca inocente, esta frase es muy problemática. Pinta una imagen muy romántica del arquitecto: el creativo insomne, el que dibuja hasta altas horas de la noche, haciendo todo lo posible por el proceso artesanal, de diseño y de fabricación. Sin embargo, desde los primeros días de la educación arquitectónica, esta dedicación interminable ha sido celebrada y recompensada. Por lo tanto, cuando muchos arquitectos jóvenes ingresan a esta industria, descubren que los salarios iniciales bajos, las pasantías no remuneradas y los salarios en continua disminución son la norma. Las recompensas reales se consideran secundarias, ya que la pasión se convierte en la moneda principal. ¿La ironía? Dado que la fuerza laboral no está valorada de manera justa, la propia sostenibilidad de la industria se está viendo afectada. Si las clínicas no pueden reconocer el valor de su propio trabajo, ¿cómo pueden argumentar a favor de un aumento de las tarifas?
2. Crédito por crédito indebido
Con el ánimo de desacreditar otro mito, hablemos de la figura del «arquitecto estrella», el genio solitario cuyo nombre está en cada pintura. La arquitectura es un deporte de equipo que requiere mucha colaboración y capas de autores para entregar con éxito un proyecto. Aunque es común que los arquitectos jóvenes trabajen principalmente como dibujantes y no como verdaderos diseñadores, sus contribuciones siguen siendo importantes, pero a menudo se pasan por alto. El crédito va para el socio, normalmente la persona cuyo nombre está en la puerta. Esta jerarquía puede parecer razonable, pero refuerza el mensaje de que el reconocimiento y el crecimiento profesional llegarán lentamente, lo que dejará a muchos arquitectos jóvenes sin confianza o, peor aún, viendo su papel como prescindible: simplemente otro “mono CAD” en el sistema.
3. El culto de largas horas
Imagen generada por Architizer vía Midjourney
En la escuela de arquitectura, quedarse despierto hasta tarde es un ritual y el cansancio constante por un proyecto se considera una insignia de honor. Asimismo, las empresas equiparan largas jornadas con empleados leales y una mala gestión disfrazada de dedicación. Esta glorificación del agotamiento sigue siendo quizás la señal de alerta más común en la industria. Sin embargo, los arquitectos no necesitan sufrir para crear su mejor trabajo. El mito del diseñador torturado vuelve a pintar esta falsa imagen de la creatividad como resistencia, que, sinceramente, no beneficia a nadie; simplemente normaliza el trabajo insalubre como precio de la excelencia.
4. Silencio sobre el dinero
Quizás el tema más tabú de la industria, el dinero, es un tema opaco. existir Artículo anteriorexploro la forma en que los arquitectos valoran sus servicios, haciendo la pregunta «¿Cuánto les pagan realmente?» Aunque hay una serie de estructuras de tarifas que proporcionan un marco para diferentes tipos de proyectos, no parecen marcar una gran diferencia. ¿Por qué? El problema no son las herramientas, es la mentalidad. La renuencia a discutir honorarios o rangos salariales da como resultado que los arquitectos estén significativamente infravalorados y exacerba la brecha de poder entre diseñadores y clientes. La respuesta es simple: basta con incluir los números. No se esconda detrás de condiciones o exenciones de responsabilidad como «Las tarifas se discuten después de la aprobación del diseño» o «Sujeto al alcance del proyecto».
5. La actuación crítica es un espectáculo.
Imagen generada por Architizer vía Midjourney
«Golpe crítico». Estoy seguro de que esta palabra causa trastorno de estrés postraumático en la mayoría de los arquitectos. Comienza en las escuelas, donde no se considera un espacio seguro para compartir ideas y entablar conversaciones, sino que a menudo se hace de una manera muy jerárquica. Si bien esto no sucede en todas las universidades, no es raro que los tutores critiquen el trabajo de una manera muy autoritaria, casi cruel, convirtiendo lo que debería ser un momento de aprendizaje en una demostración de poder. Por supuesto, esta cultura a menudo también impregna la práctica, lo que dificulta que los arquitectos hablen, compartan ideas y mantengan debates productivos debido al miedo al rechazo. Sin embargo, en el trabajo creativo rara vez hay aciertos o errores bien definidos: ¿cómo podemos emitir juicios con tanta certeza cuando la esencia del diseño reside en la exploración y la interpretación?
Imagen destacada (portada) generada por Architizer vía Midjourney
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