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Esta plaza flotante en el Amazonas es arquitectura climática en acción

Imaginemos una plaza pública que sube y baja con las mareas. Eso es exactamente lo que hace AquaPraça, que acaba de debutar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP30 en Belém, Brasil. Esta no es la típica obra maestra arquitectónica destinada a lucir impresionante en la cima de una montaña. Esta plataforma flotante de 400 metros cuadrados pretende permanecer intacta y convertirse en un centro cultural permanente en el corazón del Amazonas.

Diseñado por CRA-Carlo Ratti Associati y Höweler + Yoon, AquaPraça representa cómo pensamos sobre la arquitectura en un mundo donde los niveles de agua ya no son predecibles. Amarrada en la Bahía de Guajara dentro del sistema fluvial del Amazonas, la estructura utiliza el principio de Arquímedes (sí, el antiguo principio griego de flotabilidad que aprendiste en la escuela) para adaptarse naturalmente al entorno donde las mareas cambian hasta cuatro metros por día. La plataforma simplemente flota con el agua, lo que permite a los visitantes experimentar el ritmo natural del río a la altura de los ojos.

Diseñador: CRA-Carlo Ratti Associati y Höweler + Yoon

El profesor del MIT Carlo Ratti, curador de la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2025, explicó la filosofía subyacente del proyecto haciendo referencia al trabajo del icónico arquitecto Aldo Rossi. En 1980, Rossi miró al pasado para demostrar que la arquitectura aún podía enriquecer el horizonte veneciano, mientras que Aqua Praça miró al futuro para explorar cómo construir con la naturaleza y no contra ella. Este es un cambio de pensamiento sutil pero importante.


El recorrido del proyecto es casi tan interesante como la estructura misma. Debutó de forma simplificada durante la Bienal de Arquitectura de Venecia en septiembre pasado, luego viajó a Belem y ahora forma parte del Pabellón de Italia en la COP30. Después de la conferencia, Italia donará la plataforma a Brasil, donde servirá como espacio comunitario para el diálogo continuo sobre el clima, la cultura y las industrias creativas.


Lo que resulta particularmente convincente de AquaPraça es cómo transforma el cambio climático de un concepto abstracto a algo que se puede experimentar de primera mano. Las superficies inclinadas y los niveles cambiantes responden al flujo de agua en tiempo real, creando lo que Eric Höweler llama un «delicado equilibrio». Su coautor J. Meejin Yoon señala que sirve como plataforma tanto literal como figurativa para comprender el aumento del nivel del mar y su impacto en las comunidades costeras de todo el mundo.

Este lugar es muy simbólico. Belém está ubicada en la intersección del sistema fluvial del Amazonas y el Océano Atlántico, donde el agua dulce y salada se encuentran para formar un poderoso ecosistema estuarino. Este es un entorno perfecto para estructuras diseñadas para demostrar arquitectura adaptativa. A medida que la marea baja, la propia bahía revela paisajes submarinos todos los días, un recordatorio constante de los ciclos y cambios de la naturaleza.

Construir esto no fue una tarea fácil. La empresa constructora italiana Cimolai completó todo el proyecto en solo cinco meses, encargándose del diseño estructural, la construcción y la certificación, al tiempo que integró complejos requisitos de arquitectura y ingeniería. Esto es muy rápido para una estructura flotante que necesita seguir siendo funcional y segura en un entorno tan dinámico.

El proyecto se reúne a través de una impresionante coalición internacional, que incluye el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, el Ministerio de Medio Ambiente y Seguridad Energética y organizaciones como Bloomberg Philanthropies, Costa Crociere, ENEL y otras. Esta colaboración demuestra lo que es posible para los gobiernos, las empresas privadas y las instituciones culturales colaborar verdaderamente en soluciones climáticas.

El Ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, describió Aqua Praça como una plaza italiana flotante que recuerda a Venecia y un símbolo de amistad entre Italia y Brasil. Pero es más que una simple cortesía diplomática, representa algo tangible: la arquitectura puede ser cíclica y asumir múltiples vidas y propósitos a lo largo del tiempo. De Venecia a Belém y ahora como infraestructura permanente, la plataforma encarna la reutilización y la reinvención constantes.

Para cualquiera interesado en cómo el diseño puede abordar los desafíos climáticos sin sacrificar la belleza o la funcionalidad, Aqua Praça ofrece un modelo convincente. No se queda ahí sentado y se ve bonito (aunque también lo hace). Alberga talleres, programas culturales y debates serios sobre política climática, mientras que en realidad se mueve con el agua que lo rodea. Este es el tipo de arquitectura que no sólo habla de adaptación, sino que en realidad lo demuestra día tras día, ola tras ola.


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