Este jugador cuadrado se niega a tocar música, y ese es el punto.

El servicio de transmisión convierte las portadas de los álbumes en pequeños cuadrados por los que puedes desplazarte mientras exploras otro contenido. Los teléfonos móviles han hecho que la música sea cómoda, pero también la han convertido en ruido de fondo, compitiendo con las notificaciones, el correo electrónico y todas las aplicaciones que exigen atención inmediata. Alguna vez has sostenido la carátula de un disco y has sentido que tenías algo específico. Ahora, toda su biblioteca son solo archivos en una carpeta en algún lugar, y no hay nada especial o digno de mención en la experiencia.
Sleevenote es el intento del músico Tom Vek una vez más de darle a los álbumes digitales un objeto propio. Es un reproductor de música cuadrado con una pantalla de 4 pulgadas que coincide con la forma de la portada del álbum y está diseñado para mostrar la portada, la contraportada y las páginas del folleto sin obstruir ninguna otra interfaz. El dispositivo solo reproduce música que hayas comprado y descargado de lugares como Bandcamp, omitiendo deliberadamente Spotify y Apple Music para separar la propiedad del desplazamiento interminable.
Diseñadores: Tom Vek, Chris Hipgrave (virar)


El hardware es un bloque negro, principalmente la pantalla en el frente, con un cuerpo grueso y bordes redondeados que lo hacen sentir más como un marco de fotos portátil que como un teléfono. El botón de reproducción físico está en el lateral, por lo que no es necesario tocar la pantalla para saltar pistas. El peso y el grosor se notan al sujetarlo. No se trata de intentar guardarlo en tu bolsillo; Intenta colocarse en su escritorio o en su mano como la portada de un álbum en miniatura.


La pantalla muestra ilustraciones en alta resolución, contraportada, letras y créditos proporcionados a través de la plataforma Sleevenote. Deslizas las páginas del folleto mientras escuchas y la interfaz no se interpone en tu camino, por lo que la portada del álbum ocupa todo el cuadrado sin necesidad de superposiciones ni botones. La cuestión es que, cuando suena música, el dispositivo se convierte en la portada del álbum, que suena mejor en la práctica que cuando se describe en papel.

Sleevenote no te permitirá transferir nada. Te anima a «escuchar» música en tu teléfono y a poner sólo los álbumes que realmente te gustan en el reproductor, tratándolo como un estante cuidadosamente seleccionado en lugar de una máquina de discos con todo lo que contiene. Esto suena genial en teoría, pero significa que llevar un segundo dispositivo no puede hacer nada más que reproducir archivos que ya compraste, lo cual genera mucha fricción cuando se trata de la carátula del álbum, sin importar qué tan bonita se vea la pantalla.


Lo que hace Sleevenote es un pequeño paso para resistir la idea de la música como contenido desechable. Para aquellos que extrañan una relación física con un álbum, un jugador cuadrado que hace una cosa puede parecer un santuario que vale la pena preservar. Si eso vale el precio de un dispositivo con una pantalla apenas más grande que un teléfono es una cuestión diferente, pero la idea de que la música digital merece su propio objeto tiene más sentido que tener todo apiñado en el mismo rectángulo que distrae.
