El arquitecto Luca Bombassei reinventa el palacio veneciano como un diálogo entre pasado y presente
Venecia es simplemente diferente. No se parece a ninguna otra ciudad del mundo y a las ideas que se forman quienes no viven en Venecia viendo películas o leyendo libros sobre Venecia. “Para las personas que viven en ciudades anónimas, que van al trabajo en coche y no conocen a nadie, el paisaje urbano aquí es completamente diferente. En Venecia, el contacto humano es constante”, afirma el arquitecto Luca Bombassei, que recientemente se instaló en el Palacio Contarini Corfù del siglo XV, con vistas al Gran Canal. Su apartamento, ubicado en el último piso del Piano Nobile (uno de los principales pisos “nobles” utilizados por la nobleza veneciana como vivienda), abarcaba casi 6500 pies cuadrados, un tamaño no inusual para un palacio veneciano. Cada centímetro se llena de luz que entra por tres lados; La casa es única porque el carácter histórico del edificio se combina con las intervenciones contemporáneas de Bombassei utilizando muebles y arte funcionales y específicos del sitio.
Bombasse eligió la flexibilidad como su razón de ser (o su medio de supervivencia), adoptando el ritmo lento de las estrechas calles y vías fluviales de Venecia. “Para la gente de Milán, un retraso de 10 minutos no es normal, pero aquí lo es. Descubrí el placer de reducir el ritmo, sumergiéndome en las fachadas de los edificios y, finalmente, descubriendo el secreto de la combinación de lo antiguo y lo nuevo de esta ciudad, su enfoque improvisado”, explica.
La falta de unidad y un cierto eclecticismo fueron señas de identidad de su residencia. Las grandes puertas, las ventanas laterales y los suelos de terrazo llevan la firma de sus creadores hace casi 500 años, contrastando con las estanterías metálicas hechas a medida que ocultan la calefacción. Hay elementos del Grupo Memphis, Gae Aulenti y Angelo Mangiarotti, así como numerosas obras de Carlo Scarpa, así como un aplique de cerámica del cine romano de los años 50, un cuadro de Lucio Fontana en el baño principal, una escultura de Francesco Vezzoli y dos gusano de cerdas Creado por Pino Pascali: un juego de palabras italianas para un cepillo de cerdas con forma de gusano de seda. Hoy, uno de estos gusanos “camina” por el salón, pero quién sabe dónde estará mañana o qué hará, porque para Bombassei el arte está siempre en movimiento, siempre cambiando. “Si miras de cerca, verás que siempre tengo clavos en la pared; lo que muestro en un momento dado cambia dependiendo de mi estado de ánimo”, dijo.


