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Bandera verde para la industria de la construcción

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Es cierto que mi última publicación fue un poco cínica. a través de la discusión Señales de peligro en la industria de la construcción. (cultura del agotamiento, silencio en torno al dinero, disponibilidad de los empleados y más) trato de descubrir qué mantiene a la gente alejada del campo. Pero, como siempre, las cosas nunca son en blanco y negro. Cuando tantas empresas luchan por construir culturas de estudio saludables, es injusto hablar sólo de las cosas malas. Entonces, ¿qué mantiene a la gente aquí? ¿Qué deben hacer las empresas y la industria de la arquitectura en general para crear un lugar donde los arquitectos crezcan en lugar de trabajar?

Las banderas verdes son más difíciles de detectar que las rojas; estas últimas son ruidosas y fáciles de detectar, pero persisten obstinadamente. Bandera Verde, en cambio, no se declara. Están secretamente arraigados en la práctica cotidiana: el ambiente relajado en el trabajo o la chica pin-up en la mesa de dibujo. Sin embargo, elogiarlos es necesario. No es una cuestión de optimismo, sino de reconocer (lo más claramente posible) lo que funciona. En última instancia, este es el primer paso para hacer de estas prácticas la norma y no la excepción.

Aquí hay algunas banderas verdes mencionadas en el campo de la arquitectura que pueden usarse como matriz de evaluación para los arquitectos que comienzan a ejercer, ya que además de una cartera impresionante, la cultura y los hábitos diarios de la empresa también determinan el éxito o el fracaso de la colaboración.


1. Bocetos dejados en la reunión.

Architizer utiliza imágenes generadas por ChatGPT.

En términos generales, los mercados suelen promover una cultura orientada a los resultados. Sin embargo, la arquitectura como práctica siempre ha celebrado el proceso. Especialmente en la escuela, un boceto desordenado es tan valioso como una hermosa representación o un conjunto de dibujos; sin embargo, esto se olvida un poco al ingresar a la industria. Las empresas que todavía se adhieren a este concepto de boceto, sin descartar ideas confusas, permiten una cultura de diseño iterativa donde los arquitectos (especialmente los más jóvenes) tienen espacio para contribuir y desarrollarse en lugar de ser eliminados.


2. Una oficina vacía a las 5 p.m.

Imagínese esto: el reloj marca las cinco de la tarde y, de repente, todos sus colegas empiezan a hacer las maletas; apagan sus computadoras, guardan sus cuadernos de bocetos y apagan las luces. Algunos dirán que la creatividad nunca se detiene y que la industria del diseño no puede operar dentro de un marco de trabajo de 9 a 5, pero honestamente, eso es solo una excusa para romantizar el trabajo. Tener una vida activa fuera de la oficina a menudo aporta más curiosidad y perspectiva al proceso de diseño en sí, y trabajar en un lugar que no sólo permite sino que fomenta esto es señal de un estudio que entiende la sostenibilidad no sólo de sus edificios, sino también de sus empleados. Sí, las 5 de la tarde son simbólicas: el punto no es establecer una marca de tiempo precisa, sino cultivar el principio de que un buen diseño no depende de interminables horas de trabajo.


3. Crítica que parece una conversación.

Architizer utiliza imágenes generadas por ChatGPT.

¿Qué pasaría si sustituyéramos la palabra “crítica” por la palabra “diálogo”? La presión cambia inmediatamente y generar ideas se convierte menos en una actuación y más en un ejercicio de intercambio de conocimientos. Los comentarios conversacionales luego invitan a la conversación y a las preguntas, centrándose no en lo que no funciona, sino en lo que no funciona, y en su lugar se centran en el diseño. Aunque los estudios operan naturalmente en jerarquías, una vez que comienzan las discusiones sobre el diseño, tal vez esta estructura debería desaparecer, haciendo de la “crítica” el evento más libre en la cultura de la empresa.


4. Una empresa sin estilo propio

Si bien esta “bandera verde” puede parecer un poco engañosa, la forma en que una práctica opera arquitectónicamente también revela mucho sobre su cultura. Específicamente, se desaconseja el “estilo” en las escuelas de arquitectura. ¿Cuál es la razón? La arquitectura es más que una simple expresión de su creador, también debe responder al contexto, al programa, al encargo del cliente, etc. En otras palabras, el “yo” no tiene cabida en la práctica. Cuando una empresa aborda cada proyecto con una perspectiva nueva, dispuesta a escuchar y responder en lugar de imponer su propia “apariencia distintiva”, demuestra un respeto innato por la flexibilidad, y esta mentalidad a menudo se extiende a la forma en que la empresa trata a sus empleados.


5. Edificios que perduran

Architizer utiliza imágenes generadas por ChatGPT.

Al igual que no tener un estilo característico, el deseo de crear un espacio duradero, centrándose en su impacto inmediato en los materiales, la sociedad y el medio ambiente, es una señal clara de una empresa reflexiva y centrada en el futuro. El objetivo de estas empresas no es esforzarse por conseguir fotografías dignas de Instagram (donde el edificio genera interés público durante unos meses y luego desaparece sin dejar rastro), sino crear edificios con una resonancia duradera. Esta mentalidad solidaria revela una comprensión más profunda de la arquitectura como administración, un valor reflejado en la cultura del estudio y el enfoque del diseño.

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Imagen superior generada por Architizer usando ChatGPT.

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