Cuando la Casa Blanca se apodera de tu trabajo: lo que los creativos pueden aprender de las luchas de Sabrina Carpenter
Cuando la diva del pop Sabrina Carpenter descubrió que su voz se había utilizado para la banda sonora del vídeo de la redada de inmigración en la Casa Blanca, reaccionó de inmediato: “Este vídeo es malvado y repugnante”. De todos modos, el vídeo persiste.
Para diseñadores, ilustradores, fotógrafos, redactores y artistas de todo tipo, el incidente expuso una realidad preocupante sobre el trabajo creativo moderno: una vez que sale de tus manos, se vuelve increíblemente difícil controlar cómo se usa. La inteligencia artificial representa sólo una de muchas amenazas.
La pregunta no es si perderá algo de control sobre su trabajo, sino cuánto control perderá y qué puede hacer al respecto.
La ilusión de control total
Esta es la dura verdad: un control perfecto sobre su producción creativa es imposible. Cuando publicas tu trabajo en línea, lo compartes con clientes o lo otorgas bajo licencia a cualquier persona, lo publicas en un ecosistema donde innumerables personas pueden capturarlo, descargarlo, remezclarlo y redistribuirlo.
La tecnología hace que copiar sea trivial y que la aplicación de la ley sea agotadora. Sabrina y sus colegas celebridades descubrieron esto cuando su desaprobación fue recibida con memes en lugar de disculpas. Aclaración del culto a la ostra azul sony Music posee los derechos de su clásico de rock de 1976 “The Reaper” (Don’t Fear), pero la Casa Blanca no bloquea su uso. Incluso Taylor Swift, posiblemente el modelo de protección de la propiedad intelectual, ha guardado silencio sobre la aparición de su música en materiales de la Casa Blanca que atacan su apoyo a Kamala Harris.
Pero esto no es sólo una cuestión política. Se trata de un cambio fundamental en la forma en que circula el trabajo creativo. Las marcas pueden utilizar sus diseños sin permiso, creyendo que usted carece de recursos para emprender acciones legales. Los competidores pueden mejorar enormemente sus métodos de redacción. Es posible que tus fotos aparezcan en sitios con los que nunca has estado asociado.
Créame, he estado hablando con creativos sobre estas cosas durante décadas y, de manera frustrante, parece estar sucediendo cada vez más.
lo que realmente puedes hacer
Aceptar que nunca tendrás el 100% de control sobre tu trabajo no significa rendirte por completo. He aquí algunas medidas prácticas importantes.
Registre sus derechos de autor. En el Reino Unido, los derechos de autor existen automáticamente, pero si la obra cruza el Atlántico digitalmente (lo cual sucederá), el registro en Estados Unidos proporciona una importante herramienta para hacer cumplir la ley. El costo del registro es modesto en comparación con los costos legales posteriores de demostrar la propiedad.
Domine su comprensión de las licencias. Cada delegación requiere términos claros en cuanto a derechos de uso, duración y territorio. No asuma que los clientes comprenden las limitaciones. A menos que su contrato lo prohíba expresamente, un diseño de logotipo destinado a uso en el Reino Unido puede terminar en embalajes internacionales. Sea claro acerca de los llamados “derechos morales”: su derecho a ser reconocido como creador y a oponerse a un trato despectivo hacia su obra.
Construya un rastro de evidencia. La combinación de marcas de agua funciona. Mantener los documentos del proyecto fechados. Documenta tu proceso creativo. Cuando surge una disputa, resulta crucial demostrar que usted creó algo en primer lugar. El almacenamiento en la nube con marca de tiempo ayuda mucho.
Utilice la tecnología estratégicamente. Servicios como Pixsy rastrean dónde aparecen las imágenes en línea. Copyscape detecta plagio de texto. Estas herramientas no evitarán el uso indebido, pero pueden ayudarle a detectarlo rápidamente mientras aún puede tomar medidas.
Elige sabiamente tus batallas. Emprender acciones legales es costoso y emocionalmente agotador. La publicidad como la de Sabrina no cuesta nada y puede ser muy eficaz para alertar a los espectadores sobre los abusos. A veces, el daño a la reputación es más importante para los abusadores que las amenazas legales.
Desafortunadamente, éstas no son soluciones mágicas. Es probable que la actual Casa Blanca siga secuestrando la cultura pop, y los creativos de todo el mundo seguirán encontrando su trabajo en lugares inesperados y no deseados. No podemos detener todos los abusos.
Sin embargo, podemos comprender nuestros derechos, documentar nuestros esfuerzos, contratar cuidadosamente y desplegar plataformas públicas estratégicamente. En una época en la que todo es infinitamente replicable, saber qué luchas importan (y cuáles debes abandonar a regañadientes) se convierte en tu propia habilidad creativa.