Un campo vibrante: el ecosistema alimentario autosuficiente de Japón presagia el futuro de la agricultura urbana

Ubicado en una cúpula translúcida, el Pabellón de Salud de Osaka cobra vida durante la Expo 2025. En su interior, los tomates maduran en agua salada mientras los peces globo nadan debajo y sus excrementos alimentan las plantas que limpian el hogar. Esta es “Inochi no Izumi” o “Fuente de vida”, una esfera de 21 pies de altura que reimagina cómo las ciudades pueden alimentarse a sí mismas. El ingenio de la cúpula reside en su disposición vertical. La base consta de cuatro cámaras de agua: agua de mar, agua salada y dos tanques de agua dulce. Cada uno alberga especies acuáticas que coinciden con su salinidad, desde meros marinos hasta esturiones de agua dulce. Cada tanque tiene una capa correspondiente de cultivos hidropónicos encima, creando cuatro ecosistemas paralelos dentro de una estructura.
El ciclo de los nutrientes comienza bajo el agua. Los peces excretan desechos ricos en amoníaco, que microorganismos especializados convierten en nitrito y luego en nitrato. Las bombas elevan esta agua rica en nutrientes directamente a las plantas que se encuentran encima. A medida que las raíces absorben compuestos de nitrógeno, devuelven agua pura al tanque de abajo. Nada sale del sistema. El ciclo natural de los humedales se convierte en el motor de la producción de alimentos. Cuanto más amplia sea la gama de especies compatibles, más resiliente y autosuficiente será el ecosistema. Esta diversidad refleja los sistemas naturales pero aún está optimizada para el consumo humano.
Diseñador: cúpula vikingaCentro de Investigación y Desarrollo de Fábricas de Plantas de la Universidad Metropolitana de Osaka, Universidad Marítima de Tokio

Cada capa tiene plantas adecuadas a su fuente de agua. Halófitas tolerantes a la sal, como los espárragos de mar y la verdolaga, crecen sobre los tanques de agua de mar que albergan doradas rojas y negras. Las uvas de mar prosperan en agua salada. Un nivel más arriba, los tomates semirresistentes prosperan en el agua salada donde nadan el pez globo japonés y las carpas ornamentales. Las áreas de agua dulce están plantadas con vegetales funcionales (hierbas ricas en nutrientes y lechuga), mientras que flores comestibles como capuchinas y caléndulas están en la parte superior, cuyos lechos giran mediante motores incorporados para optimizar la luz.
La piel de la cúpula consta de paneles transparentes de ETFE que abarcan 245 postes estructurales de acero conectados por 76 juntas. Construido con el sistema T-STAR de VikingDome, el marco geodésico cubre 1,378 pies cuadrados y pesa poco más de dos toneladas. Todo el edificio llegó a Dream Island en tres palés. Su diseño maximiza la penetración de la luz solar manteniendo una temperatura interna estable, creando un microclima donde coexisten múltiples zonas de cultivo.

El sistema, desarrollado conjuntamente por el Centro de Investigación y Desarrollo Plant Factory de la Universidad Metropolitana de Osaka y la Universidad de Ciencia y Tecnología Marinas de Tokio, demuestra el papel de la biodiversidad agrícola. Las aplicaciones prácticas se extienden más allá de la exposición. Los centros urbanos densos con espacio limitado pueden albergar estos sistemas modulares en tejados o lotes reducidos. La independencia alimentaria se puede lograr en zonas con escasez de tierra donde la agricultura tradicional está pasando apuros. Se pueden implementar domos de circuito cerrado en áreas propensas a desastres para permitir una producción descentralizada que no se vea afectada por la contaminación del suelo o la escasez de agua.
No es la tecnología revolucionaria lo que hace que Source of Life sea tan atractivo. El principio fundamental, la acuaponía, existe desde hace décadas. Más bien, es una combinación elegante de comprensión ecológica y diseño que ahorra espacio. La agricultura comercial normalmente busca obtener rendimiento a través de insumos como fertilizantes, pesticidas y energía. Esta cúpula le da la vuelta a esa lógica, preguntando qué sucede cuando diseñamos de acuerdo con los ciclos naturales en lugar de hacerlo en contra de ellos. A medida que las ciudades crecen y aumentan las presiones climáticas, alimentar de manera sostenible a las poblaciones urbanas requiere nuevas ideas. Este invernadero geodésico sugiere un camino a seguir: hacia arriba, hacia adentro y circular.
