Casa Tarapacá/Estudio BR


Descripción de la presentación del equipo del proyecto. Hay casas para protegerse del viento y la lluvia. Algunas casas revelan nuevas formas de vivir. Casa Tarapacá es uno de esos lugares que pueden hacer que cualquiera se replantee su forma de vivir. Desde el primer momento de ingreso, quien ingresa siente que todo sucede en una experiencia sensorial continua: la luz, el movimiento, el barrio, la naturaleza y la atmósfera de paz que envuelve cada detalle. Es un lugar que despierta algo profundo, casi íntimo. Esto fue lo que convenció a la arquitecta Brunella Sardenberg de Studio BR cuando visitó la propiedad por primera vez: la certeza de la posibilidad de transformar una casa común y corriente de construcción propia en una vivienda residencial.

El nacimiento de esta idea fue un movimiento audaz: Conversión de un edificio de tres plantas construido sobre una parcela compacta de 66 m2 en una casa estudio para una familia joven ——Un espacio para crecer, crear y soñar juntos. Desde el principio, los arquitectos no tuvieron miedo de abordar las cuestiones espaciales del programa arquitectónico en una propiedad con una fachada de menos de 4 m de ancho, que cumplía una premisa básica: la casa se siente espaciosa y luminosa.


El corazón del proyecto es la escalera. Transparente y ligera, la línea parece flotar, recorre las cuatro plantas de la casa como eje de movimiento y encuentro. Cada paso nos permite ver lo que sucede arriba y abajo: personas circulando y compartiendo su vida diaria. La transparencia crea vínculos invisibles: los miembros de la familia son vistos, escuchados y acompañados. La arquitectura fomenta la convivencia y la presencia.


La luz es la segunda protagonista. Entra por detrás por la mañana, se mueve a lo largo del día, se refleja en la calle e invade la casa por la tarde. A través del conducto cenital, que desemboca directamente en el centro, recorre las paredes y crea sombras en movimiento, como si el espacio tuviera su propia pulsación. Esta iluminación natural no es sólo técnica: define la atmósfera emocional de la casa, marca el ritmo del tiempo y pone a los ocupantes en un diálogo constante con el día a través de la conexión con el sol.


Los pisos, aunque separados, son un ambiente continuo. Desde la planta baja hasta el cuarto piso, todo está conectado visual y emocionalmente. En la planta inferior, la oficina con una terraza al fondo aporta el verdor como primer soplo. El salón, la cocina y los dormitorios de las plantas inferiores se abren a terrazas y árboles de la calle. En el último piso, la casa se amplía completamente: aparece toda la comunidad, vibrante y conectada, y al fondo aparece el mar, casi como un regalo inesperado.

El diseño interior y el mobiliario también fueron diseñados por Studio BR, completando la propuesta y haciendo realidad la visión del estudio para esta casa. El diseño interior está concebido en base a una estética atemporal, donde la modernidad se presenta con mimo y precisión. El espacio presenta tonos neutros y cálidos, realzados con acentos de color. El diseño interior no busca llamar la atención, sino más bien proporcionar un telón de fondo elegante y tranquilo para la vida cotidiana.

Para los arquitectos y el equipo de Studio BR, diseñar esta casa fue más que simplemente reorganizar un espacio: fue pulir un diamante en bruto. Transforme un terreno estrecho en una casa espaciosa llena de luz, fluidez y significado.

Al final, esta casa es más que un simple proyecto de construcción. Es una declaración sobre el valor de una buena vida, incluso a pocos metros. Te invitamos a imaginar una vida en la que cada detalle, desde la luz hasta el silencio, desde los pasos hasta el horizonte, tiene intención y significado.
