Minicasa colombiana que cambió la tradición de la arquitectura rural

Ubicada entre las verdes colinas de Noquema, Colombia, esta pequeña casa comienza con una idea familiar y poco a poco la transforma en algo inesperado. Diseñador: obrevalun proyecto que considera las tradiciones arquitectónicas rurales no como referencias fijas, sino como elementos de vida que pueden ser cuestionados, refinados y reinventados en el presente.

El bambú, los techos inclinados y los pasillos abiertos son parte de la memoria arquitectónica de la zona. Aquí se revisan cuidadosamente y se traducen en movimientos de diseño precisos. Cada elemento ha sido tratado cuidadosamente para permitir que la casa permanezca conectada a sus raíces culturales mientras forma una nueva relación con el paisaje y el clima circundante.


La cubierta se convierte en la expresión más clara de esta transformación. En lugar de repetir las formas rurales tradicionales, el diseño introduce un techo de mariposa que recoge y dirige activamente el agua de lluvia. La sostenibilidad no se oculta ni se añade. Se convierte en parte del lenguaje visual y la identidad espacial del edificio, estableciendo un diálogo directo entre estructura, entorno y vida cotidiana.


Este diálogo continúa dentro del sistema estructural. Compuestas por cuatro postes de bambú cruzados, las columnas reflejan sutilmente el pensamiento arquitectónico moderno y se basan en una base de acero negro. El contraste entre materiales naturales y detalles refinados crea un equilibrio entre artesanía y precisión, donde la tradición se siente ligera, reflexiva y progresista en lugar de nostálgica.


Internamente, la casa abraza la simplicidad y la apertura. Los dormitorios fluyen a la perfección hacia la pequeña cocina compacta, creando una sensación de continuidad y ligereza. La privacidad se mantiene suavemente en el baño inteligentemente oculto, detrás de una pared curva que agrega una suavidad inesperada a la geometría interior. Los materiales naturales y los detalles minimalistas aportan la calidez del paisaje circundante al interior, haciendo que cada rincón se sienta intencionado y relajado.



Juntas, estas opciones crean una casa con los pies en la tierra y discretamente radical. Es un edificio hecho por el hombre que no compite con su entorno sino que lo realza.


Al abrazar la honestidad material y la memoria cultural, el proyecto propone una visión contemporánea reflexiva, sostenible y arquitectónicamente segura de la vida rural colombiana.