Una parte central del diseño de Anna fue aprovechar al máximo las distintas plantas del apartamento, y la propia estructura ayudó a definir los diferentes espacios. Aunque el diseño presenta desafíos, también le da a cada área una cierta calidad íntima. Este fue el caso, por ejemplo, de la zona de dormitorio, el «nido» que su cliente quería en el centro de su cabina. Tiene techo de doble altura con un enorme ventanal en la parte superior y cama de obra. «Dijeron que era difícil levantarse de la cama por la mañana», dijo Anna.
«Tener varias plantas diferentes en un mismo apartamento lo convierte en un espacio muy dinámico y crea una luz muy agradable», explica Anna. Esta configuración también convierte la casa, según sus palabras, en un espacio «interesante» que, a pesar de sus reducidas dimensiones, invita a recorrerlo y explorarlo, subiendo y bajando entre las diferentes zonas.
