Por supuesto, Merrill hizo lo que mejor sabe hacer: superponer colores, texturas y patrones sutiles para transformar el ambiente de frío a glamoroso. “Fuera de la pendiente hay mucho blanco. No lo necesitamos en los paneles de yeso ni en los armarios de la cocina”, bromea el diseñador. Para hacer que la gran sala fuera más grande y acogedora, cubrió las paredes con paneles de pino nudoso y amplió el tratamiento de madera del techo existente. Los detalles en madera tallada a mano por el artista Nik Gelormino envuelven el elevado espacio y reaparecen en la cocina y el baño principal. Para complementar la calidez de la madera de pino, Merrill revistió la chimenea completamente de cobre. “Debimos haber hecho 10 diseños para esto. Probamos con baldosas, yeso, madera, pero al final una simple cubierta de cobre personalizada dio en el clavo”, dijo.
